En el tema de la tierra, como sociedad estamos haciendo algo peligrosamente muy mal. Resulta difícil explicar cómo es que puedan existir los conflicto por la tierra que estamos viendo, considerando la extensión de nuestro territorio y el número de habitantes que somos.
Un análisis comparativo. En El Salvador, hubo una guerra civil por la tierra; El Salvador tiene 6.325.827 hab. viviendo en 21.041 km², con una densidad de 300.64 hab./km². Recordemos que Bolivia tiene una población al 2021 de 11.842.000 habitantes, viviendo en 1.098.581 km², con una densidad de 10,6 hab./km², y además, con una población que vivimos un 75% en áreas urbanas.
¿No será que la mercantilización carente de planificación, rural y urbana, es la razón del descontrol social que concluye en avasallamientos de tierras productivas, de áreas protegidas, parques y reservas, en la disminución de la seguridad alimentaria y la ruptura de la sostenibilidad ambiental, y todo ello está sirviendo de abono a esta confrontación?
¿Sabemos lo que pasó en México, Colombia y Centro América por el conflicto de la tierra?
Las noticias dejan en evidencia que el gobierno central no está actuando legalmente y con firmeza en este tema, y al contrario, lo está alentando irresponsablemente.
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