Para la Cruz, fue recuperada por la memoria del solfa chiquitano, Anuario Soriocó, guardián de la música misional, en Santa Ana de Velasco. En su origen, una melodía sencilla de las celebraciones locales chiquitanas, que conforme se enriquece con arreglos y variaciones, adquiere dimensión universal.
Convido a la reflexión activa. Mientras más estridentes son las disonancias, mayor mérito tendrán los esfuerzos humanos por alcanzar armonías.
Por favor, escuchá está canción…