Jimmy Federico Tellez Figueroa se autodefine como «Mentor Inspiracional de Educadores y Emprendedores decididos a Crear, Diseñar e Inventar su Futuro.» Y las redes lo reconocen como «profesional especialista en neurociencias aplicadas al desarrollo de la conducta humana. Formado en ingeniería, marketing y administración de empresas con posgrados en educación superior, relaciones internacionales y comercio exterior, desde 1998 ha desarrollado, implementado y dictado conferencias y talleres en 38 universidades de 17 países de América Latina y Europa. Más de 200.000 personas compartieron sus conocimientos y experiencias.»
Esta descripción resumida de su aporte académico habría sido suficiente para expresar admiración por sus logros. Sin embargo, hay dos situaciones que lo acompañan como circunstancias humanas excepcionales. La primera tiene que ver con su madre, Celia Figueroa Lino, la primer médico y aviadora del mundo, «mujer que rompió con los Paradigmas de Género en el siglo XX hasta convertirse en una leyenda de la Aviación mundial», y que él relata en su obra biográfica, «Una vida sin fronteras».
Y ahí aparece el Duende de la Vida para ofrecer un guiño con los que nos hace reflexionar sobre los caminos insondables del destino.
Resulta que a finales del siglo XIX, el hermano mayor de quien después sería el Mariscal José Félix Estigarribia, y que era médico de profesión, siendo perseguido político en Paraguay, buscó refugio en Bolivia; la ceñuda inquina de que era objeto, por seguridad de él mismo y de la familia que había formado en su nueva tierra, lo hizo cambiar su apellido por el de Favio, viviendo en Santa Cruz. El Dr. Favio tuvo una hija que se casó con Andrés Figueroa, gestando un hijo de nombre Federico Figueroa Favio (Estigarribia). Quisieron los meandros de la vida que Federico peleara en la Guerra del Chaco con el grado de Teniente del Ejercito de Bolivia. Sabedor el Gral. Estigarribia del destino que había seguido su hermano, en el encuentro que se produjo en Villa Montes al final de la Guerra con el Gral. Peñaranda, le pidió pudiera facilitar una reunión con su sobrino, lo que ocurrió efectivamente, y reconociéndose ambos, se produjo una abrazo que sólo pudo haber sido estremecedor, y que está relatado con detalles en el libro de referencia (Página 21 y siguientes). Federico, que se afincaría en Postrervalle, donde existe un busto en su honor en la plaza, fue el padre de Celia Figueroa Lino, madre de Jimmy Tellez Figueroa.
Esta secuencia tan peculiar y motivante, es parte de la impronta de Jimmy, el Maestro boliviano en neuroeducación y pariente directo del ex presidente paraguayo, José Félix Estigarribia. .
En el reencuentro que tuvimos hoy, facilitado por el amigo común Fidel Hoyos, conversamos sobre turismo y desarrollo responsable, «tema que simplemente puede cambiar la historia de un país llamado Bolivia», como lo dijo. Fue gratificante y fortaleció mi convicción de buscar alternativas que permitan superar nuestras limitaciones para reconciliarnos con el futuro.
Este diálogo, recién comienza. Lo prometo.