La Constitución Política del Estado boliviano ha sido aprobada en grande en el Liceo Militar de la La Glorieta, bajo cerco armado, sin debate, sin medios de comunicación plural que trasmitan todo el tiempo, sin conocimiento público del texto, sin lectura de los artículos uno por uno, con cuatro muertos… si eso apareciese en los titulares de los medios que está ocurriendo en otro país, ¿qué dirías?
Carlos Hugo Molina, ciudadano
22 comentarios
Diría sin temor a equivocarme que es una dictadura militar muy similar a la de Myanmar.
Saludos
Que pena que este pasando todo esto.. que pena por las personas que estan cerca de tanta maldad y de tanta incapacidad de gobernar correctamente… que Dios los ayude.
Bolivia nunca dejo, ni dejará de ser un país conflictivo, su naturaleza de país premeditadamente subdesarrollado, empobrecido(que no pobre) y dependiente tras 20 años de DEMOCRADURA hacen que sea una bomba de tiempo. La Media Luna busca un nuevo amo, en esencia buscan anexionarse a Brasil, sus dirigentes nunca quisieron dejar de ser dependientes, no saben hacer otra cosa nacieron para eso y obedeciendo morirán, jamás pensaron en un país para todos, por que nunca se sintieron parte de este páis, se creen ciudadanos globales, asi que no les importa destruir Bolivia para mantener sus privilegios, miran siempre hacia fuera, reniegan de su pasado, les da verguenza su origen, reniegan de la historia, aman al amo que los desprecia como seres quieren ser como él el coloso, antes era USA, ahora es Brasil. El gobierno en plan totalitario, cree ingenuamente que se trata de una coyuntura más, las mascaras caén, y vemos el lado oscuro de la Media Luna. Ya nadie disfraza lo que todos supimos siempre, la intención separatista de unos cuantos que aún creen en un Mito llamado: Democracy(la americana claro)
Efraín,
Creo que la venda de los ojos se nos ha caído a todos, si bien el proyecto de la Media Luna es, se supone, separatista, el proyecto oficialista no es menos reprochable, acumula error tras error en su loca carrera a reproducir el poder. Si los cambas ven su Dios en los brasileños, los altiplánicos lo ven en Chávez, si a la media luna se le puede identificar un «lado oscuro», también se lo puede hacer en el proyecto altiplánico. Creo que es hora de admitir que somos dos Bolivias, con visiones y proyectos distintos y de ahí pensar seriamente que ninguna va a poder imponer a la otra su visión, lo de Sucre es una muestra clara, allí viste indios urbanos quechuas, contra indios urbanos y rurales aymaras reventándose la madre, eso muestra que la raza o la etnia no necesariamente vertebra proyectos políticos, que hay otros factores que bien pueden volcar a esa gran masa que voto por Evo. Hay que sustituir la lógica trasnochada de la dialéctica por la diálogica (que paradójicamente viene de la visión aymara), es decir, la complementariedad de contrarios y eso no es mas que UN GRAN PACTO TERRITORIAL, UN PROYECTO DE ESTADO FEDERALISTA BICOMUNAL, así probablemente nos salvaremos del descalabro total.
Saludos.
El federalista
diria uh pobre pais en manos de que talibanes esta, dios me libre de vivir ahi
[…] aprobó su Constitución Política del Estado con la oposición ausente y fuera de los edificios al efecto, pero salió […]
Preguntaría ¿Por qué?
Y, con prisa, como si es mi país, me voy respondiendo.
¿Bajo cerco armado? La respuesta estaría en como la ciudad de Sucre termino «cercando» el cónclave y recordaría que ofreció garantías para su reunión, apedreándolos, insultándolos, evocaría, quizás, algunos grafittis xenofobos de las calles de dicha ciudad.
¿Sin debate? Lamentable, por su imposibilidad misma desde su inicio. Lamentable en los últimos días porque no hubo con quién debatir, quienes tenían un designio de representación en esta instancia no asistieron a cumplir su deber.
¿Sin MCS plural? Les recordaría a los MCS cien mil cosas. CIEN MIL (a todos) y les preguntaría ¿Si el cónclave los invito a entrar, a quedarse a vivir ahí con ellos, porque no fueron? Y en todo caso no creo que lo tramsmitirían todo el tiempo, basta ver los resultados de la cobertura mediática a la AC de la ONADEM, como a muchos, nunca les importo el cónclave.
¿Sin lectura? Lamentable, terrible. Recordaría que los gases lacrímogenos (de la enfrenta afuera) entraban en el lugar físico de la AC, que una turba enardecida estaba desbordando las fuerzas del orden y que, además, seguir ahí (haciendo lo que acordamos TODOS los bolivianos en su momento) traería más violencia. Unas horas más , algunos muertos más.
¿Cuatro muertos? Pediría las investigaciones, las causas y las viejas historias que trae ESA confrontación en específico.
Tu retrato carece de muchas historias y muchos trasfondos Carlos, te admiro y respeto mucho. Al menos entiendo que estás tomando partido y eso, como venga, se agradece. Saludos
Juan, vos sabrás por qué lo decís. Lo que podremos compartir es que no expresa nuestro deseo ciudadano.
Willy, desde el inicio se hizo escarnio de la experiencia. Como si la inteligencia fuese atributo de la derecha…
Efraín, parece que hablamos de dos películas… también aquí…
Federalista, tu lógica es consecuente. Solo que los instrumentos de gestión administrativos son instrumentales a las decisiones políticas, y no a la inversa.
Guiomar, patética tu expresión.
Rosa, te esperamos.
Vero Vero, si pudiera desearle al Gobierno una oposición, querría que sea como la tuya. Casi tierna.
Dejame nada más que me ayuden con algunos comentarios, personas a las que seguramente no podrás ubicar tan fácilmente como a mí, tomando partido.
«Ya tenemos una nueva Constitución, mal nacida, malparida en un cuartel militar, detrás de un cerco de soldados, aprobada por minoría mientras afuera caía un muerto y estallaban las bombas de gas. Con todo lo que se pueda decir de las constituyentes anteriores, la única que realmente carece de legitimidad es esta. Violó a cada paso lo establecido por la ley de convocatoria, ignoró los dos tercios, se impuso a la fuerza sobre la mayoría de los bolivianos, y allana el camino para una dictadura unipersonal.» Alfonso Gumucio Dagron.
«La oligarquía ha logrado bloquear a la Asamblea Constituyente (AC) que solo pudo ratificar la Constitución bajo protección armada en un Liceo militar de Sucre, asediada por la derecha que consiguió lo que buscaba: represión, muertos y heridos. De 255 asambleístas solo 136 (53%) del oficialismo votaban a favor de la nueva Constitución. Bajo esas circunstancias la Carta Magna no tiene ninguna viabilidad real. Es letra muerta. Dado que el gobierno no tiene a su disposición el recurso de la violencia legítima a gran escala, por ejemplo, la declaración e imposición del estado de sitio, como tampoco lo tuvo Salvador Allende en 1973, ni la violencia insurreccional del pueblo, le quedan solo dos opciones: negociar en condiciones desfavorables las demandas de la oposición, o dejar la quimera de la Carta Magna y de la Asamblea Constituyente en el olvido y convocar a nuevas elecciones generales.» Heinz Dieterich
Me imagino que no tengo que presentarte a las personas que firman esos comentarios.
Si la solidaridad y el compromiso se dejan vencer por la irracionalidad, pierden su calidad de virtud.
Gracias por tu comentario.
La base de una democracia consolidada es la alternancia en el poder. Además del reconocimiento de la igualdad ciudadana ante la ley, el respeto a las instituciones democráticas, la libertad de prensa, la libre expresión, el reconocimiento y protección de las diferentes culturas, la independencia de los Poderes del Estado y el respeto a los dos tercios para la reforma constitucional, principios seriamente dañados actualmente en aquel «otro» país. Aquellos acontecimientos nefastos para «esa» democracia, como los del último fin de semana, ponen en duda la gobernabilidad democrática y pacífica.
Carlos:
Respeto a Gumucio y quizás tenga razón, empero me adscribo plenamente a la posición del incansable Dieterich. No retrocedo ni un paso de mis percepciones, quizás incompletas (ahí radicará su ternura) pero no mentirosas.
Y por último te acompaño en tus pedidos: si yo tuviera que elegir una oposición para el gobierno, ojalá fuera tan cándida como la mía. Porque está claro que no fue así, los resultados están a la vista. Me (re)afirmo en mi firme candidez.
Doy la vuelta tu última aseveración, sin negarla, si la racionalidad vence la solidaridad y el compromiso, pierde su calidad de pensamiento.
Sigamos
Diría que un bando cometió errores graves. Que en ciertos momentos se puso terco por temor a poner en riesgo sus prerrogativas. Que en su proceder cayó en actos violentos que coadyuvaron en la pérdida de vidas. Que falló a la hora de un diálgo honesto y que avasalló en su momento.
Pero el otro bando fue terco todo el tiempo para anular el cónclave. Que no participó de la última sesión porque estaba conciente que estaba mandando al pueblo chuquisaqueño al matadero. Que no se sentó a dialogar, más bien rechazó una por una todas las posibilidades.
Da bronca como salió todo pero antes de criticar el desenlace yo recuerdo todo lo que nos llevó a tal situación
Darmos, los principios que has descrito son comprendidos en el mundo democrático; es así. Y por eso la duda, es válida.
Vero Vero, alguien, en medio de tanta estupidez colectiva, tenía que empezar a practicar el humanismo. En estos espacios, te está tocando a vos. Reconocí tu ternura. Que no se pierda. Y nada tiene que ver con la firmeza de tu posición. Probablemente no estamos viendo los mismos matices. Por principio, reacciono contra la irracionalidad, de donde venga, y máxime, si se ve acompañada de soberbia y violencia. La Historia enseña que es el Poder el que tiene que administrar la mesura. Es el dueño de la violencia legal… no lo olvidés.
Y lo dijo Manuela Sáenz, «hay que pisar tierra para soñar correctamente.» Intento ser su discípulo.
Boris, cuando la terquedad pierde la racionalidad, deja de ser virtud. Compruebo que en el debate nacional se ha posesionado el señalar «los unos (gobierno) y los otros (oposición), tomando la gente distancia de ambos… será una señal…?
Uffff… Entiendo que un proceso de cambio tan radical como el boliviano desborde la comprensión, pero no creo correcto que sea legítimo que eso conduzca a atribuir características que no corresponden a la democracia, menos cuando eso se hace antojadizamente y no precisamente de forma desinteresada.
Veamos. La base de una democracia formal es la elección de gobernantes por parte de los ciudadanos. Ése es el fundamental principio democrático formal «comprendido en todo el mundo». Es tan democrático que la ciudadanía elija cambiar de gobernantes como seguir con ellos. La condición es que el gobernante sea definido por la ciudadanía, por el demos.
En las repúblicas democráticas parlamentaristas de, por ejemplo, Alemania, Australia, Francia y un largo etcétera, no existe límite a la reelección de jefes de Gobierno. La ciudadanía determina con su voto. Hasta donde me fijé la última vez, Alemania, Australia, Francia y el largo etcétera formaban parte «del mundo democrático (formal)». Y también son «democracias consolidadas», ¿o no mis estimado comentaristas y anfitrión? ¿O Mitterand, Adenauer, Tattcher, Blair, Felipe González, que estuvieron dos, tres y hasta cuatro períodos constitucionales consecutivos como jefes de gobierno porque la ciudadanía así lo determinó, no fueron gobernantes democráticos? Como no parece haber dudas respecto a que fueron jefes de gobierno democrático, entonces no es verdad que la «alternancia en el poder» sea la «base de una democracia consolidada». Al contrario: la base de la democracia formal sigue siendo la decisión ciudadana, expresada en el ritual regular de asistencia a las urnas. Es más, un régimen más democrático es el que no impide que se haga efectiva la voluntad ciudadana, sea la de seguir con los mismos gobernantes o con otros…
Y podemos seguir con precisiones ad infinutum. El respeto a la ley no es necesariamente un principio democrático. En muchos períodos de oscurantismo en América Latina, algunos partidos políticos estuvieron proscritos por ley. Estas leyes, de más está decirlo, fueron anti democráticas; hacerlas cumplir fue anti democrático. De ahí que exista el democrático principio (y la práctica) de la objeción de conciencia.
¿Más? Bueno, más. 2/3 es una fracción, no un principio democrático. La inventó Pitágoras, y no precisamente con fines políticos. Algunos Estados aplican esa fracción a la conversión de una voluntad colectiva en norma constitucional, es cierto. Eso se llama quórum. Otros Estados democráticos, sin embargo, aplican otro número al quórum. En algunos casos exigen 4/5; en otros basta el 50% +1. El guarismo concreto exigido para un quórum es una arbitrariedad definida por cada Estado. El único requisito para que el quórum sea democráticamente legítimo es que haya sido fijado a través de procedimientos democráticos. Pero 2/3 no es ningún principio democrático; es un número arbitrario. Y por si alguien quiere insinuar falta de legalidad en la aprobación en grande, sólo les recuerdo el artículo 25 de la ley de Convocatoria: «La Asamblea Constituyente aprobará el texto de la nueva Constitución con dos tercios de votos de los miembros presentes de la Asamblea…». «Miembros presentes», PRESENTES. ¿Alguien tiene dudas respecto a si esa condición legal se cumplió con creces?
Por último, me voy a permitir suponer que cuando se habla de «otro país» se hace no de forma metafórica, sino de forma literal. En otro país, distinto a Bolivia, probablemente no se cumplan los requisitos de «igualdad ciudadana ante la ley, el respeto a las instituciones democráticas, la libertad de prensa, la libre expresión, el reconocimiento y protección de las diferentes culturas, la independencia de los Poderes del Estado…». Pero en Bolivia ninguno de esos principios ha dejado de cumplirse a cabalidad en los últimos 22 meses…
Salud-os
P. D. Respecto a la invitación del post, que era a responder a la pregunta “si eso apareciese en los titulares de los medios que está ocurriendo en otro país, ¿qué dirías?”, las respuestas son más que simples:
1. Diría, primero, que no estoy frente a un medio de comunicación, o al menos no al frente de uno profesional y serio. Los titulares de un medio de comunicación serio, responsable y profesional jamás tendrían un titulares tan largos.
2. Pasando por alto la falta de profesionalidad y seriedad del medio, diría, en segundo lugar, lo obvio: el medio es de alguien. Y como todo alguien tiene intereses concretos, generalmente privilegiados, el propietario del medio quiere desvirtuar un proceso democrático porque afecta a sus privilegios. Haría, acto seguido, lo que le corresponde a todo ciudadano opinante responsable: recabar la información de todos los medios posibles (oficialistas y opositores) y, mediante análisis racional de toda, TODA la información, sacaría una conclusión. La conclusión obvia sería: el medio que difunde esos titulares irresponsables y poco profesionales, cuenta, atentando contra la ética comunicativa mínima, las cosas a medias con el objeto de desinformar. Y la conclusión seria, responsable y racional continuaría: el “otro país” está haciendo el ejercicio democrático de crear una constitución a través de uno de los procedimientos más democráticos de todos los existentes (una asamblea constituyente); al hacer eso, intereses siniestros sintieron amenazados sus privilegios y, por ello, decidieron comprar a un grupo minoritario de ciudadanos, privilegiados socialmente pero económicamente en decadencia, para evitar que el proceso democrático de crear una nueva carta magna inclusiva, plural y democrática llegue a buen puerto. El corolario definitivo de la conclusión sería: el medio que informó con los titulares en cuestión puede ser hasta acreedor de una demanda por faltar a la verdad, pues no informa que el evento de aprobación en grande no atentó contra ninguna norma jurídica del país ni que los únicos que incumplieron con un mandato popular democrático fueron los asambleístas de oposición que no asistieron a la sesión a la que habían sido convocados siguiendo todos los procedimientos estatuidos para ello.
De los supuestos “titulares” no hay mucho más que decir, aunque la coyuntura da para más, mucho más…
Salud-os
amigo, su respuesta motivo, como buena señal, cuestionamientos propios necesarios en momentos de urgencia donde el cierre en torno a algo se puede imponer. Lo invito a comentar en el último post de mi blog, un ejercicio que pregunta por la diversidad y la disidencia. Lo espero. boris
Ego Ipse 13. Y sin embargo se mueve… El loable esfuerzo por incorporar la relatividad de las categorías estudiadas, tiene una condición de temporalidad y ubicación histórica para colocarlas en contexto. Cada una de las palabras que tiene este post son rebatibles, relatibizables, analizables desde otra perspectiva… pero recién si nos ponemos de acuerdo sobre las claves básicas, podremos establecer las condiciones del debate. Lo otro es diálogo de sordos, cualidad que tratamos de superar. Vos y yo. Entiendo y respeto tu lógica. Y no busco debilitar tus criterios. Pero La Glorieta sigue siendo un recinto militar y nadie leyó en el plenario los artículos aprobados. Ni se conocía el texto. ¿Coincidimos en eso?
Ego Ipse 14
Respuesta 1. Acepto la observación. La pregunta persiste.
Respuesta 2. Una reflexión tan exhaustiva solo es admisible frente a una motivación concreta que genere la posibilidad de crecimiento frente a una otra opción de perder tiempo. Tu opción pedagógica nos enriquece a los lectores. Y en lo personal, aprecio la tozudez de tus argumentos. La Constituyente, dependiendo del vencedor, será recogida por la Historia. Mi opinión ciudadana, al margen del poder, no coincide con tu idílica interpretación. Pero coincidiremos que ha servido para tratar de superar, o ampliar, el tiempo de las definiciones finales. El 15 de diciembre, es la próxima semana.
Y el post, ha cumplido su objetivo, de lo contrario, los visitantes de estos espacios, no habrían conocido tus sentires.
Boris, pasaré por ahí.
Eppur si muove… Puesto, mi estimado Carlos Hugo, que este agonal blog carece de sistema de aviso de comentarios, no había tenido oportunidad de enterarme de la respuesta. Mea culpa; era mi responsabilidad estar al tanto.
Sigamos con la estrategia de enumeración.
Respecto a «Ego Ipse 13″:
1. Dices: » El loable esfuerzo por incorporar la relatividad de las categorías estudiadas, tiene una condición de temporalidad y ubicación histórica para colocarlas en contexto»
Respondo: Parece que la relatividad que conozco no es la misma que conoces tú. La que yo conozco dice que no es posible determinar si un sistema inercial está en completo reposo. De la «relatividad de las categorías estudiadas» no había escuchado, pero, como siempre, estoy presto a aprender. Lo único que no queda claro es el llamado a contextualizar cuando de tu propia pluma había salido una absolutización: «los principios que has descrito son comprendidos en el mundo democrático». Si hay un «mundo democrático» entonces no hay contextos. Si hay contextos, no hay un «mundo democrático», sino varios. ¿En qué quedamos? ¿Relativizamos o no relativizamos?
2. Dices: «Cada una de las palabras que tiene este post son rebatibles, relatibizables, analizables desde otra perspectiva… pero recién si nos ponemos de acuerdo sobre las claves básicas, podremos establecer las condiciones del debate. Lo otro es diálogo de sordos, cualidad que tratamos de superar. Vos y yo»
Respondo: En eso andamos, poniéndonos de acuerdo. Para ponerse de acuerdo, sin embargo, es necesario partir de un acuerdo. Al menos del acuerdo de que tenemos que ponernos de acuerdo. Imagino que estamos de acuerdo sobre este acuerdo. Propongo otra moción para alcanzar acuerdo: reputar de falsas a las afirmaciones o proposiciones sobre la empiria que no se ajustan a esa empiria. Me voy a tomar la libertad de suponer que estamos de acuerdo al respecto, de lo contrario no sería posible afirmar que no es verdad que la aprobación en grande de la CPE tuvo lugar en, por ejemplo, un jardín infantil. Habiendo acuerdo respecto a que existen afirmaciones que pueden ser empíricamente falsas, entonces podemos evaluar la falsedad o verdad de cualquiera. Acá va un pequeño muestrario:
a) La afirmación «La base de una democracia consolidada es la alternancia en el poder» es empíricamente falsa. Lo que define a una democracia moderna, su «base», es la elección de autoridades por la ciudadanía. Acá no hay lógica de por medio; sólo hay constatación empírica. Lo que las «democracias consolidadas» garantizan es la instrumentación de la voluntad ciudadana en instituciones políticas y ejercicio del gobierno. En el 80% de las «democracias consolidadas» de Europa Occidental no existe límite a la reelección de jefes de gobierno. Ergo, es empíricamente falsa la afirmación «La base de una democracia consolidada es la alternancia en el poder».
b) La afirmación «Además [la base de las democracias consolidadas es también]… el respeto a los dos tercios para la reforma constitucional» es empíricamente falsa. La constitución de Francia (art. 89) establece que, para reformar la constitución, se requiere de la aprobación de tres quintos (3/5) del Congreso; Colombia (art. 376), exige la mayoría de los parlamentarios (50% + 1); Perú (art. 206), el 50% + 1 y un referéndum. Ahora, si alguien ha confundido «república democrática» con «monarquía constitucional», también se le avisa que en estas últimas, en las monarquías constitucionales, las constituciones también se modifican con otros quórums, como en España (art. 167), donde se requiere 3/5. Podría seguir ad infinitum, pero para los fines de esta refutación basta. 2/3 ES UNA FRACCIÓN, NO UN PRINCIPIO DEMOCRÁTICO. Algunos Estados exigen que un número equivalente a esa fracción de sus parlamentarios aprueben una modificación a la CPE, pero OTROS ESTABLECEN UNA FRACCIÓN DIFERENTE. A menos que, por ejemplo, Francia no sea una «democracia consolidada», entonces es empíricamente falsa la afirmación de que «2/3 es una base de la democracia consolidada». ¿Coincidimos en eso, mi estimado Carlos Hugo?
3. Dices: «Entiendo y respeto tu lógica. Y no busco debilitar tus criterios. Pero La Glorieta sigue siendo un recinto militar y nadie leyó en el plenario los artículos aprobados. Ni se conocía el texto. ¿Coincidimos en eso?»
Respondo: Existen razonamientos particulares, no lógicas particulares. Estamos en democracia, así que cada razonamiento es respetado. Pero no parece que ése sea el punto, ¿o sí, mi estimado Carlos Hugo? Yendo a lo sustantivo, coincidimos en que La Glorieta es un recinto militar, que en el plenario no se cumplió con la liturgia de leer los artículos, que muchos no conocían el texto. Sólo pregunto, ¿en qué contraviene a la ley alguno de esos hechos? Es más, ¿en qué contraviene a la democracia?
Respecto a «Ego Ipse 14»
1. Dices: «Acepto la observación. La pregunta persiste»
Respondo: La respuesta a la pregunta había sido emitida un párrafo más abajo. Ergo, había sido respondida.
2. Dices: «Una reflexión tan exhaustiva solo es admisible frente a una motivación concreta que genere la posibilidad de crecimiento frente a una otra opción de perder tiempo»
Respondo: Muy de acuerdo. Cada quien pierde el tiempo como estime conveniente
3. Dices: «Tu opción pedagógica nos enriquece a los lectores. Y en lo personal, aprecio la tozudez de tus argumentos»
Respondo: Discrepo, pero parece haber ninguna opción pedagógica ni nada de lo que enorgullecerse. Sólo lo que le compete a todo ciudadano. Por su parte, la tozudez de los argumentos es responsable de que hoy sepamos que «sin embargo se mueve». Sin esa tozudez viviríamos en el universo de los epiciclos, algo muy penoso para la humanidad.
4. Dices: «La Constituyente, dependiendo del vencedor, será recogida por la Historia»
Respondo: No conozco a esa señora Historia que recoge constituciones. Pero sea quien sea esa señora, no habría que perder de vista el sentido del proceso. La CPE no está para hacer historia. Está para regular la convivencia democrática de los ciudadanos bolivianos.
5. Dices: «Mi opinión ciudadana, al margen del poder, no coincide con tu idílica interpretación»
Respondo: Es beneficioso para la democracia que no siempre haya coincidencia de opiniones ciudadanas. De todas formas, me parece que confundiste interpretaciones. La mía no es idílica en lo absoluto. Al contrario, es un poco trágica, aunque sin fuerzas del destino de por medio. Es una tragedia que el 30% de asambleístas no cumplan con el mandato popular y constitucional de deliberar en una asamblea para la que han sido elegidos. Es más trágico aún que, con el objeto de no dejar que se concrete un proceso democrático, intereses siniestros griten a sus conciudadanos «que la policía mate a uno, necesitamos mártires». Es trágico, en fin, que, con tal de conservar y proteger privilegios ilegítimos y contrarios a la democracia, intente usarse, mediante engaños burdos, a los ciudadanos como carne de cañón. Te garantizo, mi estimado Carlos Hugo, que de idílica mi interpretación no tiene nada. Es sólo otra interpretación ciudadana trágica al margen del poder.
6. Dices: «Pero coincidiremos que ha servido para tratar de superar, o ampliar, el tiempo de las definiciones finales. El 15 de diciembre, es la próxima semana.»
Respondo: Parece que no sirvió de mucho. El 15 de diciembre ya acaeció hace dos semanas. Y algunos plazos fatales parecen haberse cumplido. Algunos, con masacre de observadores inocentes incluida, han olvidado lo «de jure» y han recurrido a lo «de facto», no sin antes haber rechazado una propuesta de diálogo y de retorno a la cordura.
6. Dices: «Y el post, ha cumplido su objetivo, de lo contrario, los visitantes de estos espacios, no habrían conocido tus sentires.»
Respondo: Se agradece el espacio del post. Pero no te ofendas si te digo que parece haber aportado sobre todo a la redundancia. «Mis sentires» eran conocidos por la mayor parte de los/as que han pasado por acá. Mis «sentires» y sus «sentires» han sido comunicados, comjunitarizados a través de otros medios, la mayor parte de ellos menos impersonales. De todas formas, parece que me equivoqué al pensar que, como Ágora, este espacio tenía por objeto generar debate, no permitir la exteriorización «sentires». Esto servirá para que en el futuro no me deje engañar por etimologías ni significados textuales.
Saludos democráSIcos…
Ego Ipse, sigamos.
He descubierto una veta jesuítica en tu reflexión. Y por lo visto, compartimos algunos principios prohudonianos. Es una combinación exquisita e irredimible para quién la degusta. E incómoda para el interlocutor que no la administra.
«La política conlleva dos dimensiones, una agonal que nos remite al conflicto, a la confrontación y a las tensiones, y otra arquitectónica, que nos señala la capacidad de construcción, el rol que cumplen los valores y los principios en el terreno ético de la política. Si la primera representa el momento de la diferenciación y la tensión de intereses, valores y principios, el segundo momento hace referencia a la capacidad para vertebrar y poner en funcionamiento proyectos comunes, a la posibilidad de avanzar en la búsqueda de consensos y en el ejercicio pleno de la democracia.» http://www.consudec.org/congresociec/pinon.htm
Al Ego Ipse 13.
1. El Relativismo termina siendo absoluto. Y lo Absoluto, es relativo. Depende de la medición. Lo dijo el Maestro Einstein cuando trataba de explicar a los legos la famosa ecuación E = mc².
2. A tu muestrario: a) «Alternancia» es la posibilidad de generar cambios políticos a través de instrumentos previamente consensuados y libres de situaciones específicas. En las democracias europeas, que existen más allá de no estar nosotros viviendo en Ellas, tienen reglas de juego de esa naturaleza. Y asumo que tu referencia a ellas, es solamente por el carácter testifical.
b) Si, hay muchísimos ejemplos de guarismos y porcentajes diferentes. En este caso te olvidaste que el debate es sobre Bolivia. En Bolivia, se establece 2/3 antes de esta Constituyente…
3. Exquisito tu cinismo (utilizo la acepción filosófica) Tu afirmación que transcribo, es difícilmente aceptable en un diálogo medianamente serio: «Yendo a lo sustantivo, coincidimos en que La Glorieta es un recinto militar, que en el plenario no se cumplió con la liturgia de leer los artículos, que muchos no conocían el texto. Sólo pregunto, ¿en qué contraviene a la ley alguno de esos hechos? Es más, ¿en qué contraviene a la democracia?» … En todo, compañero, salvo que no estemos hablando de lo mismo.
Al Ego Ipse 14.
1. al 4. Sin comentarios.
5. El post original es del 27 de noviembre. Y tus comentarios son a otros míos del 8 de diciembre. No me hago cargo de quién dijo la estupidez que citás. En todo caso, hay una evidencia empírica que demuestra la tragedia. Leída en contexto, coincidiremos que mientras nosotros reflexionamos, hay otros que ejecutan.
6. Se cumplió el plazo, es cierto. Y el relativismo ha dado una nueva vuelta: «A tu Constitución, mis Estatutos.» Y estamos frente a 11 eventos electorales para el 2008.
6. Tu dejo de ironía, ¿por tu inocencia?, sobre las redundancias y el «engaño» en el que habrías caído, no se conduelen del tiempo que los dos hemos puesto a compartir nuestros puntos de vista. Más allá de habernos puesto de acuerdo o nó. Para mi no fue una pérdida. Aunque tu democraSIa se debe haber apercibido que tendrás que darme mejores razones.
Otra vez, no perdamos el buen genio a pesar del tráfago del mundo, como diría Cervantes. A esta altura, convengamos que la exquisités de la lectura y la escritura ya es sólo nuestra. Este post, y lo que aquí está escrito, ya no existe sino para los interesados. Vos y yo.
Salud!
Mi estimado Carlos Hugo:
Confiésolo. He sido invadido por la consternación y la perplejidad a causa de la imputación de jesuitismo y proudhomismo. O mi ignorancia anticlerical es tan grosera y supina que no estoy consciente de la presencia de “espíritu jesuítico” en mi convicciones y formas de argumentar, o mi “espíritu weberiano-habermasiano” fue muy mal expresado. Cualquiera sea el caso, mea culpa. Has instalado la sana y fértil duda hiperbólica; me toca investigar qué te ha llevado a semejante diagnóstico. Ya te comentaré los resultados.
Ya que, como en partida de póker, hemos quedado, como dices, de “finalistas”, sigo con las apuestas a favor de vencer al tráfago del mundo. Mis apuestas, in the river, serían más o menos las siguientes:
Preámbulo (y éste es original, no en catalán). Me alegra coincidir, a medias, en la perspectiva sobre la política y lo político. De todas formas, pace Mouffe, haría tres precisiones:
i) la dimensión agonal no es sólo ni principalmente “conflicto”, sino también competencia pacífica por alcanzar la preeminencia, por llegar a ser primus inter pares.
ii) entre la dimensión de la política (agonal) y de lo político (construcción arquitectónica) está, necesariamente, la dimensión de la discusión pública, del intercambio racional de argumentos. En democracia plena, la arquitectura es el resultado de ese intercambio, no su fuente; para poder contar con el edificio es necesario primero (y no después) ponerse de acuerdo. El único camino para ponerse de acuerdo, sin embargo, es el debate; excluirse del debate casi equivale a patear el tablero.
iii) Pondría más énfasis en el carácter ético de lo político. Y esto en un sentido muy preciso. La arquitectura se construye con phrónesis (prudentia), no con techné. Idealmente, las instituciones expresan y regulan (o debiesen expresar y regular) los mecanismos de autodeterminación que han definido los ciudadanos, y no reglas técnicas, cualquiera sea su naturaleza…
Hechas las declaraciones de principio respectivas, me aboco a lo sustantivo.
Respecto a Ego Ipse 13:
1. Albert no pudo haber enunciado nada semejante, ya que eso habría significado invalidar toda la relatividad general. Además, mi estimado Carlos Hugo, sigue en pie el inconveniente acerca de cuál es el correcto significado del principio de relatividad. La relatividad no refiere a “categorías”, sino a “sistemas inerciales”. Otro detalle: la famosa E = mc² se deduce del principio de la velocidad constante de la luz, no del principio de relatividad. Sumemos a eso que queda todavía trunco mi proceso de aprendizaje: no se me ha explicado aún el sentido o significado de la expresión “la relatividad de las categorías estudiadas”.
2. a) “Alternancia” es la posibilidad de que la ciudadanía pueda decidir, a través de elecciones libres y competitivas, si cambia o no de gobernante(s). Parece que hablamos diferentes idiomas. Yo hablo en el de la política democrática; no logro discernir cuál hablas tú. Finalmente, la referencia a las “democracias europeas” tiene carácter de evidencia empírica, nada más.
b.i) Poco a poco vamos llegando a acuerdos. El primero y más fundamental es que “2/3” no es un “principio democrático”, sino un guarismo arbitrario. Un acuerdo más, un malentendido menos.
b.ii) Menos mal que pides un retorno al foco: Bolivia. El debate, como bien dices, es y siempre ha sido sobre Bolivia. Quien parece haber olvidado este hecho por un momento, mi estimado Carlos Hugo, fuiste, si me permites decirlo, tú mismo. En tu comentario del 29 de noviembre sacaste a Bolivia del foco y pusiste al “mundo democrático” en la mesa (cito para evitar malos entendidos: “Darmos, los principios que has descrito son comprendidos en el mundo democrático; es así”). Mi referencia a “las (otras) democracias del mundo” fue para refutar el razonamiento inductivo de ese comentario. Una vez refutada la inducción hacia el “mundo” (me voy a permitir suponer que ya no quedan dudas respecto a que “en el mundo democrático” no se toman como “principios democráticos” todos los descritos por Darmos), corresponde volver a Bolivia, que es lo que nos convoca.
c) Y en Bolivia, “2/3” es un guarismo que, “antes de esta constituyente”, se exigía al número de parlamentarios, PARLAMENTARIOS, para aprobar una reforma constitucional. Ninguna constitución boliviana exige que una nueva CPE se apruebe con 2/3 de los asambleístas, ASAMBLEÍSTAS. La ley de convocatoria estableció que el texto final debía contar con la aprobación de 2/3 de los asambleístas presentes, PRESENTES, en la plenaria respectiva. La ley de modificación cambia en algo este requisito (para la aprobación en detalle), pero no altera el criterio. Como puedes ver, mi estimado Carlos Hugo, “antes de esta constituyente”, 2/3 era una exigencia legal que ni siquiera tenía rango constitucional. No digo que la ley no deba cumplirse; al contrario. Debe cumplirse, y eso, hasta que no se demuestre lo contrario, se ha hecho con creces. Lo único que planteo es que no malinterpretemos lo que establecen las normas jurídicas, y menos que elevemos a rango de “principio democrático” lo que no es más que un guarismo arbitrario.
3. Agradezco la etiqueta de “cínico” (en la acepción filosófica). Siempre es un honor ser acomodado ad siniestram (nunca ad dexteram) de Diógenes. ¿No es maravilloso el cinismo cuando te permite decirle a Alejandro Magno “muévete, que me estás tapando el sol” en respuesta al alejandrino ofrecimiento del oro y el moro? La anaideia y la parresia son magnánimas políticas de vida. ¿Cómo no considerar, en estas circunstancias, un honor estar junto a Diógenes y Antístenes? Por nada más, mi estimado Carlos Hugo, agradezco la etiqueta. Que alguien considere virtuoso al cinismo, sin embargo, no lo/la inhabilita a sostener un diálogo serio. Me siento tentado a demostrar argumentativamente mis afirmaciones sobre que no hay atentado alguno contra la democracia en la aprobación de una CPE en un recinto militar o en la no lectura del texto en la plenaria, pero eso sería ayudar a que te precipites en la falacia del desplazamiento de la carga de la prueba. Tú insinúas que no es democrática la aprobación de la CPE en un recinto militar o sin haber leído el texto completo. Para evitar falacias, me parece que te corresponde a ti demostrar lo que afirmas y no a mí refutarlo sin haber visto demostración alguna. Sólo para que no queden dudas, te confirmo que yo sigo hablando de política democrática.
Respecto a Ego Ipse 14:
1 al 4. Sin comentarios al “Sin comentarios”.
5. Me parece muy bien que no te hagas cargo de lo que no dices. No te corresponde. Pero así como no te haces cargo de lo que no dices, imagino que te haces cargo de lo que sí dices. Y dices que mi interpretación fue idílica. Yo sólo respondo que no lo es. Respecto a la estupidez citada, sirve de prueba pericial para apoyar mi interpretación trágica y anti-idílica sobre la coyuntura. Fue dicha por un cívico de Pando y escuchada por un testigo que prefiere mantenerse en el anonimato para proteger su integridad física y la de su familia, pues parece, sólo parece, que el concepto “oriental” de democracia significa no permitir que se exprese opinión contraria a la que establecen unos cívicos no electos en procesos electorales abiertos y competitivos, concepto de democracia que, por lo demás, sólo parece anidar en “el lado oscuro de la media luna” (y perdón por el manido cliché). No te atribuyo la frase; y si así pareció, sé que sabrás disculpar la falta de claridad escrita de este cínico ;-).
6.1. “Relativismo” sigue pareciendo el término menos afortunado para describir el significado de las movidas en esta partida. Entiendo el sentido figurativo y hasta sarcástico. Pero ni siquiera así termina de hacer sentido, al menos para mí. “A tu Constitución, mis Estatutos” sigue significando “Si tú cumples la ley, yo la quiebro”. Saber vivir en democracia equivale a resolver conflictos a través de la instituciones del Estado de Derecho. Si alguien considera que un actor no ha cumplido, en forma o contenido, la ley, no tiene más que presentar los debidos recursos ante los órganos pertinentes. Sé que estoy pecando de la mayor de las ingenuidades al creer que eso conduce a algo en Bolivia, pero el poder judicial sigue siendo componente fundamental del Estado de Derecho, funcione como funcione. Violentar el Estado de Derecho en respuesta a lo que unilateralmente y sin pronunciamiento de tribunales de por medio se considera “ilegal” es no sólo antidemocrático, sino casi rayano en lo pre-civilizado. Lo positivo de todo esto ha sido que la reacción de algunos actores de Santa Catalunya de la Sierra terminó por desenmascarar propósitos: a sus principales “líderes” no parece interesarles que se respete el Estado de Derecho, sino obstaculizar cualquier proceso constituyente. Lo penoso de semejante práctica es no haber utilizado los canales legítimos para oponerse a la constituyente: esos señores que calientan curules en el parlamento y que representan (o debiesen representar) a los sectores que no querían un proceso constituyente estaban obligados a cumplir el mandato democrático de canalizar la demanda de su base electoral. El uso de ámbitos y canales ajenos a las instituciones del Estado de Derecho para entorpecer o frenar el proceso constituyente ha terminado atizando y alimentado la estrategia gubernamental de resolución de conflictos a través del tensionamiento radical (ése que hace que el conflicto llegue a puntos críticos), estrategia más propia de movimientos sindicales que de gobiernos responsables, es cierto.
Respecto a los 11 eventos electorales, yo sólo invitaría a perderle el miedo a la democracia.
6.2. Me reservo el derecho a la inocencia. De todas formas, no he considerado ni mucho menos planteado que este intercambio sea o represente pérdida de tiempo; al contrario. Sólo manifesté que el “propósito de hacer conocer mis sentires” no era el principal móvil o aporte del presente intercambio, pues “mis sentires” ya eran conocidos por la mayor parte de quienes habían hecho posta en este agórico post. Nada más. Ni nada menos.
Finalmente, no recuerdo haber dado razones para la democraSIa, de la misma forma que tampoco recuerdo haber recibido razones para la deNOcracia. Pero, como te mencionaba en el comentario anterior, me mantengo siempre presto a dar y/o recibir razones en caso de que sean necesarias. Darlas o recibirlas sólo podría seguir aportando a la exquisitez de la lectura y la escritura. Hasta donde puedo constatar, sin embargo, no se han esgrimido razones a favor o en contra de posiciones democráSIcas o deNOcráticas.
Más salud-os constituSIonalistas…
Una ayudita… la tozudez jesuítica y el anarquismo rojinegro de la Commune de Paris.. Weber aprehendiendo de los sistemas organizativos misionales; y la sociedad de Habermas «como conjunto de ordenaciones legítimas a través de las cuales los participantes regulan sus pertenencias a grupos sociales, asegurando con ello la solidaridad», llevado adelante por Don Pedro José… o al revés…
Y un paso inexorable: la calidad pedestre de la política. De ella nacen las «rutas Críticas» y las «Agendas». Por eso queda Maquiavelo sobre Vitoria, y los Borgia sobre Tomas Moro; aunque la Historia las hacen todos ellos, y de ahí haya surgido Lutero y el Renacimiento. Las paradojas.
Vuelvo a Bolivia.
Entre la explicación filosófica de la conducta de los actores y la cotidianidad de las palabras, encuentro matices tan contradictorios que sólo pueden ser obra de humanos. Todo, actuando al rededor del Poder. más o menos Ético, pero Poder al fin. Bien Común diría la Doctrina Social de la Iglesia que envuelven tu discurso sin vos darte cuenta. Presumo que en algún aula confesional aprendiste el humanismo. ¿Estoy en lo cierto?
Algunas palabras/conceptos/categorías, adquieren valoraciones diferenciadas (relativismo?); y un mismo acto puede, dependiendo de la escuela/credo/fe/gnosis al que te adscribás, adquirir determinada trascendencia. Parece que eso es así nomás, mi querido contertulio. Y lo digo por «los principios democráticos» y los dos temas reconocidos por vos: La Glorieta como recinto militar y la no lectura de los artículos de la Constitución que se estaba aprobando, en una sesión maratónica con fuegos de utilería y de calibre 5.56, para utilizar la ventaja de los 2/3 de los presentes.
De ahí mi pregunta. ¿Reforma o revolución? Si es Reforma, debe honrar la fuente de legalidad que le dio origen. Si es Revolución, no tiene que justificar absolutamente nada más que el triunfo del Nuevo Orden. Weber elemental. Hasta el Comandante Chávez se ha visto obligado a inclinar la testa ante el NO de su legalidad. ¿Cómo llamarías a eso? ¿Coincidimos ahora?
El guarismo de los 2/3 es Constitucional para la Reforma de la Constitución en Bolivia. ¿Deseás que te recuerde el Artículo expreso de la Constitución vigente? Y ni vos ni yo somos responsables que la Ley de Convocotaria lo haya incorporado, pero ahí está. ¿De acuerdo?
Te represento el que hubieras supuesto mi respuesta. Suponés siempre que las personas somos predecibles, y adelantás criterios sobre tus suposiciones…? Me sonrío. La carga de la prueba sigue donde estaba.
Y no me siento más a gusto que lo imprescindible al buscarle una explicación legal a los comportamientos políticos, porque en materia Constitucional, «la forma es el fondo». Y para eso se creó, antes, la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, y hoy, el Tribunal Constitucional. Como sabrás, por alguna extraña razón, justo ahora, está imposibilitado de conocer ningún recurso. ¿Lo sabías, no? Me resulta plausible tu apelación al Estado de Derecho. Coincidimos… coincidimos… aunque es lo que te he estado representando.
En academia, ¿podríamos calificar como las pulsiones creativas de la sociedad, la propuesta de Constitución y de Estatutos? Ambos hechos fácticos, todavía, serán objeto de validación. El año 2008 será el escenario. Y los Estatutos, sólo porque estorban, categoría no científica pero comprensible, están siendo cuestionados. Elemental querido Watson… Tengo mi criterio sobre los Estatutos, pero ese no es el tema en debate.
Queda algo sin considerar? Ya ves como honro el tiempo que le dedicás a este ensayo.
Tomo la posta de Freire para unir palabra, con acción y compromiso. Trato de encontrar/me y compartir argumentos que permitan utilizar la división social del trabajo con la dinámica de movimientos que asumen sentencias breves como verdades. No dudo que seguiremos en esa vía. Y el triunfo de la Democracia, que servirá para que vos votés SI por la nueva Constitución, aunque sea inaplicable, más allá de tu buena o mala voluntad.
La anécdota de la Relatividad. Le pidieron al Genio que explique en pocas palabras cómo se podía comprender. Dijo: «Un segundo sentado sobre una cocina encendida, es un siglo. Un siglo con la mujer amada, es un segundo.» Amén.
Mi estimado Carlos Hugo:
Lamento haberte privado del goce de la lectura y la escritura durante más de una semana. Otras tareas más coyunturales y profanas se imponían. Y, para honrar el tiempo que le dedicas a responder, corresponde la reciprocidad que las obligaciones mundanas no permitían. De ahí mi abandono momentáneo del intercambio. Pero ya ves… Una vez que aminora el croar del mundanal ruido y minutos antes de huir de vacaciones a la descansada vida, devuelvo gentilezas. Quedan, pues, devueltas a continuación:
De haber sabido que el «jesuitismo» era una fórmula para graficar la tozudez, te/me habría sacado de la duda mucho antes. La causa se remite a la irremontable crianza al viejo estilo castizo. Cuando los bisabuelos sorianos comían jabón y se les hacía notar lo delirante de semejante acto, respondían «¿Cómo que jabón? Maluco, maluco, pero queso» y se lo devoraban hasta que no quedase ni una sola miga. Como ves, la fuente es muy anterior a cualquier lección de humanismo en aula confesional. Al llegar al aula confesional, la tozudez y el compromiso democrático estaban tan formados ya, que éste tu servidor, recién a los dos años de su ingreso, fue invitado cordialmente a hacer abandono del cuasi reformatorio cuasi monástico que la albergaba. Después de eso, la tozudez encontró campo abonado en escuela pública laica con fuerte orientación iluminista; eso, claro, ya en país tercermundista que jugaba a ser jaguar. Las aulas estatales y laicas de la universidad pública del mismo país tercermundista sólo terminarían haciendo más tozuda a la tozudez. Tal vez de esas aulas provengan también los vestigios de rojinegrismo… ¿Qué más se puede decir? Mi ingenua ignorancia anticlerical ha sido usada y abusada… Me sirve de lección para no volver a perder el sueño cuando se me acuse de jesuitismo. Ya sabré que el término se refiere a la tozudez… Se agradece enormemente la lección, mi estimado Carlos Hugo.
Pero ni mi tozudez ni sus orígenes son, me parece, lo importante acá. Por lo mismo, sé que perdonarás que no me manifieste sobre las paradojas embrionarias de la modernidad, aunque el comentario sobre el carácter pedestre de la política necesita una precisión. Como puedes ver, en mi anterior «ensayo» no se planteó ni por un minuto que la política no fuera también y sobre todo un fenómeno de poder (político). Al contrario. Tampoco se minimiza este aspecto. Sumándome a tu propio clamor, sólo se insiste en que la política también tiene una dimensión ética. Eso nos permite explicar por qué, a pesar de Maquiavelo o los Borgia, existen democracias y DD. HH., pedestres pero (o por eso) aún en pie. Es cierto que siempre podemos recurrir a los intereses de clase o a los de imperialismos culturales y geopolíticos para explicar ambos (democracia representativa moderna y DD. HH.) Pero también es cierto que, cuando ambos fenómenos se han desanclado de los actores originales y de sus intereses, no parece posible soslayar la eticidad del compromiso de las comunidades nacionales con un régimen político. Si no, no habría existido 1982 en Bolivia, 1983 en Argentina o 1990 en Chile. Por lo demás, las ideas también conforman intereses; intereses ideales, pero intereses al fin y al cabo. A eso súmale que, soslayando o negando la eticidad que cabe exigirle a la política, no podríamos hacer ningún juicio racional a holocaustos, genocidios y dictaduras. Y me parece que tú y yo, mi estimado Carlos Hugo, juzgamos racionalmente de la misma forma a holocaustos, genocidios y dictaduras. Si me equivoco, bien sabes que estoy dispuesto a rectificar. Por lo demás, y esto es lo fundamental, al poner énfasis en la dimensión ética de la política que tú, y no yo, invitaste a la conversación, no se niega la dimensión pedestre, sino la dimensión técnica: las arquitecturas que buscan ser sólo o principalmente eficaces o eficientes son imposibles, puesto que no están en condiciones de generar y reclamar legitimidad. Y esto sí que es Weber elemental, mi estimado Carlos Hugo.
Pero vamos a lo que nos convoca, o, como bien dices, «volvamos a Bolivia». Y respecto a eso quedan las siguientes impresiones:
1. Si, como dices, coincidimos, entonces acabo (o acabamos) de hacer un pepelón. Como manifiesta el infaltable amigo porteño (ése que todos tenemos), «…nada más ridículo que dos boludos discutiendo sobre lo que están de acuerdo…». Tengo conciencia de que yo sí soy, si se me permite la expresión, «boludo» (y a veces más de la cuenta, aunque me hago cargo), pero siempre me ha parecido que tú no lo eres. Por lo tanto, me voy a permitir suponer que no estamos compartiendo estos argumentos para encontrar/nos, sino para entender/nos aunque no nos encontremos. Y nuestro desacuerdo fundamental refiere a la interpretación del mandato de los dos tercios. Al respecto, yo, ego, ego ipse, como poco perito en materias legales, me apego de manera textual a lo que dicen esas cosillas llamadas leyes. Y como tú no quisiste citar el artículo correspondiente de la CPE, te lo traigo a colación yo:
«Art. 232. La reforma total de la Constitución Política de Estado es potestad privativa de la Asamblea Constituyente, que será convocada por Ley Especial de convocatoria, la misma que señalará las formas y modalidades de elección de los constituyentes, será sancionada por dos tercios de voto de los miembros presentes del H. Congreso Nacional y no podrá ser vetada por el presidente de la República.» (CPE de 1967, con reformas de 2004)
Hasta donde yo alcanzo a leer, los 2/3 se exigen para que los congresistas puedan sancionar una ley de convocatoria; el artículo no dice nada respecto a 2/3 para los asambleístas, LOS ASAMBLEÍSTAS. Hasta donde alcanzan mis recuerdos de discusiones sobre problemas legales (ésa es la maldición o bendición, como quieras verlo, de tanto abogado en una familia: los recuerdos), se solía esgrimir hasta hace no mucho el famoso principio de «Nadie será obligado a hacer lo que la Constitución y las leyes no manden, ni a privarse de lo que ellas no prohíban» (o algo así). Y en este caso la carta magna manda que las dos cámaras de representantes aprueben una ley de convocatoria a la constituyente con 2/3. Pero no manda a LOS ASAMBLEÍSTAS a aprobar una nueva CPE con 2/3. Ergo, «…el guarismo de los 2/3 es Constitucional para la Reforma de la Constitución en Bolivia…» para los parlamentarios, LOS PARLAMENTARIOS. No es constitucional para los asambleístas. Creo que ahora sí podemos estar de acuerdo, ¿o no, mi estimado Carlos Hugo?
2. Respecto a la explicación legal e interpretación filosófica de la conducta de los actores, me parece que no haces justicia a tu interlocutor. Éste tu servidor se manifestó como ciudadano ante la invitación de tu post. No como observador de la política. De ahí que apelar a la legalidad o exigir compromiso con fundamentos elementales de la democracia no sea ni trate de ser, en este caso, una explicación, sino una demanda ciudadana. Si tu invitación hubiera sido cursada al observador y no al ciudadano, la respuesta, por supuesto, habría sido otra muy distinta a «Si tú cumples la ley, yo la quiebro”. Habría sido, más bien, del siguiente tenor: «…a tu acto de escapar con trampas y atajos a las trampas políticas que te pongo, se me acabaron las trampas, así que mi repliegue hacia la defensa de mis intereses económicos…». O, también, «…a la incapacidad de que tu superyó inhiba los impulsos de tu ello, mi movilización de la energía motivacional acumulada en torno a la catexis sublimada que envuelve a ese objeto del deseo llamado «autonomía» y que fue creado a través de la construcción de un imaginario erguido sobre el eje semántico ‘maravillosa autonomía/ogro centralismo’»… Más o menos… El observador puede dar con el tablero, los jugadores, sus movidas y sus recursos. Pero el ciudadano pide que los jugadores respeten las reglas del juego. Y acá, por invitación tuya, habló el ciudadano, no el observador.
3. Voy a dar por supuesto que el punto anterior responde a tu pregunta sobre si podemos considerar como pulsiones creativas de la sociedad a la constituyente y a la autonomía. En academia o fuera de ella. El observador informa al ciudadano que sí son “pulsiones creativas”. Ni el ciudadano ni el observador han dicho lo contrario. Por eso (y por el mandato democrático de por medio), el ciudadano exige que ambas pulsiones se materialicen en ordenamientos políticos. Pero el observador le advierte que a pesar (o tal vez precisamente como producto) de listas negras, linchamientos rituales en el espacio público, asesinatos civiles y denegaciones del derecho al disentimiento, se refuerza cada día más un ethos democrático en Santa Cruz. El ciudadano se siente satisfecho y orgulloso por ello. Pero el observador le advierte sobre las consecuencias de la conformación de ese ethos, ya que, puesto a proyectar escenarios, puede ver que, de someterse a referéndum los actuales estatutos, la posibilidad de una mayoritaria respuesta negativa de la ciudadanía es inminente. Y aunque la voluntad democrática positiva o negativa de la ciudadanía cruceña sea suficiente para el ciudadano, el observador no puede dejar de anunciar la grave crisis política que un No a estos estatutos acarrearía. En efecto, el observador puede anticipar, con mucha probabilidad de acierto, que los actores que conducen el proceso autonómico jamás aceptarían una respuesta mayoritariamente negativa de la ciudadanía cruceña. Y, ante esto, sabe que el evidente escaso compromiso con valores democráticos (categoría no cívica pero comprensible) de parte de los líderes, ideólogos y operadores del actual estatuto es suficiente motivo como para anticipar que, en el escenario descrito, recurrían sin ningún inconveniente al recurso del “de facto” para hacer valer sus intereses. Elemental también, mi estimado Holmes… Esto al observador le anuncia la posibilidad de un quiebre histórico, político y económico en Bolivia. Pero al ciudadano le preocupa el costo en vidas humanas y en posibilidades de convivencia democrática. Por ello, el ciudadano, que no es político y, por ello, peca de mucha ingenuidad, plantea los escenarios que el observador le informa. Y se los plantea no a cualquiera…
4. Tanto el ciudadano como el observador pueden ver que el anfitrión del Ágora evidentemente no ha manifestado opinión alguna frente a los estatutos. Ambos (el ciudadano y el observador) suponen que el motivo no es precisa o fundamentalmente la poca importancia de semejante manifestación en este escenario. El observador se siente tentado a atribuir el silencio a la sapiencia de político con muchas batallas en el cuerpo. El ciudadano, a un clima y un entorno poco adecuados a la expresión de opiniones. Por eso, el observador se da por satisfecho con la atribución del silencio a la impertinencia del problema. El ciudadano seguirá a la espera…
5. Hasta donde me fijé la última vez, el Tribunal Constitucional, “justo ahora”, no tiene quórum para emitir sentencias, pero no para no conocer causas (a menos, claro, que mi inexperiencia leguleya no me haya informado que emitir sentencias y conocer causas son exactamente lo mismo). ¿Qué te puedo decir, mi estimado Carlos Hugo? El observador detectó, hace mucho, semejante enroque. Pero el ciudadano no puede dejar de insistir en el respeto de las reglas del juego. El jugador oficialista le dice al ciudadano “¿Por qué no te callas?”, puesto que está echando más lumbre al fuego. En efecto, el observador le ha informado que los conductores del proceso autonómico acaban de desperdiciar un caudal electoral significativo, el de los cruceños que ven trastocados sus sistemas de valores democráticos (pues no olvidemos que, también, los actores se orientan por valores… más Weber elemental, mi estimado Carlos Hugo). Es más, presentar, aún a sabiendas de un estrepitoso fracaso jurídico, una demanda de inconstitucionalidad, podría haber representado un ejercicio de fuerza. Fuerza, por supuesto, que no es política ni física, sino fundamentalmente simbólica. El ciudadano, que sigue siendo ingenuo en materia de operaciones políticas, le responde al jugador oficialista que no se callará, porque su compromiso está de lado de las reglas del juego. Además, el ciudadano le recuerda al jugador autonómico que la presencia de solo dos tribunos no inhabilita a nadie a presentar la demanda respectiva; únicamente le impide recibir sentencia, al menos hasta que se alcance quórum de nuevo. A pesar de eso, el jugador autonómico probablemente siga sin comprender los réditos simbólicos, mediáticos y temporales perdidos por no haber interpretado la farsa de usar las instituciones del Estado de Derecho para una demanda en contra de la nueva CPE. Ante eso, el jugador oficialista se frota las manos. Pero el ciudadano no renuncia a la tozudez… Todavía cree en el Estado democrático de Derecho.
6. Volviste hacia este lado de la cancha la carga de la prueba. Y ahora soy yo el sonríe. A causa, claro, de la ingenua ambigüedad con la que interpelé a que fueras tú el que demostrara lo que planteaba. Mi ingenuidad nuevamente ha sido abusada; se nota quién es el político y quién el ciudadano. Pero nada que no se pueda remediar con una fe de erratas: en mi comentario del 2 enero (punto 3 de “Respecto a Ego Ipse 13) , donde dice “…tú insinúas que no es democrática la aprobación de la CPE en un recinto militar o sin haber leído el texto completo…” debe decir: “…TÚ AFIRMAS que no es democrática la aprobación de la CPE en un recinto militar o sin haber leído el texto completo…”, porque, en efecto, en tu comentario del 27 de diciembre, a las preguntas de “¿en qué contraviene a la ley alguno de esos hechos? Es más, ¿en qué contraviene a la democracia?” tu respuesta y afirmación fue (y cito nuevamente) “En todo, compañero…” . Como puedes ver, a quien le corresponde demostrar argumentativamente la afirmación, es (y nunca ha dejado de ser) a ti. La pelota vuelva a la cancha que corresponde, esto es, se quedó en el lado del que nunca había salido.
7. La pregunta “reforma o revolución” es más que pertinente, pero para otros procesos distintos a la nueva CPE. Hasta que no se demuestre (o, en el caso que en rigor corresponde, no se dictamine) la ilegalidad de los actos que dieron lugar a la NCPE, todo en norma. La presunción de inocencia prima en nuestro nuevo sistema penal, aunque no creo que se tome mucho en cuenta eso en el Tribunal Constitucional. En fin, más allá del lema publicitario (“revolución o reforma”), lo relevante parece seguir siendo que la calificación correspondiente sea emanada y dirimida por la única instancia que puede hacerlo. Mientras tanto, parece una discusión ociosa, aunque no menos importante: es la disyuntiva entre la vía chilena vs. la vía venezolana. Tendrán mucha tela que cortar los historiadores.
8. Sobre la inaplicabilidad de la nueva CPE, me manifestaré cuando la vea en vigencia. El agorerismo es un oficio un poco prosaico y bien caído en desuso. Sólo lo practican ramplonamente los que hace algunos meses gritaban “¡guerra!” y en estos días no tuvieron más alternativa que recular: “los tambores anunciaban una guerra para la que nadie estaba listo”. Es impresionante cómo las coyunturas críticas se convierten en huerto fértil para la poca seriedad. Lo mismo cabe para el que hace unos meses gritaba “¡¡¡el Mas quiere imponernos su CPE con régimen económico comunitarista!!!”. Y todavía no vemos el acto de autoinmolación pública del responsable; responsable no sólo de augurar sin bases, sino también de producir desinformación en la ciudadanía. Y la autoinmolación se impone, por supuesto, no por la afirmación de que el MAS quiere imponer una CPE, pues de que la está imponiendo, la está imponiendo. La autoinmolación se impone porque es vergonzoso que un profesional ético utilice las credenciales de un certificado otorgado por una universidad para apoyar con la falacia de la autoridad su (mal)augurio. En fin, todo esto era para ilustrar la poca responsabilidad que envuelve al oficio de adivino agorero. Cuando vea en marcha la nueva CPE, volveré a este cyberrincón del universo bloguiviano y te mantendré informado sobre las impresiones respectivas. Mientras tanto, la responsabilidad se impone, así que no me manifestaré sobre el posible (uno de muchos) escenario de la (in)aplicabilidad de la nueva CPE. Lo que sí te garantizo es que, como bien adivinas (¿será porque el ciudadano sigue siendo un ingenuo político que lo grita a los cuatro vientos?), puedo rectificar en todo, pero (como dice nuestro querido Oliverio), en esto sí que soy irreductible: el SÍ se mantiene… Y tú hablabas de las paradojas… ¿Qué tal la siguiente? En 1988, cuando no podía votar veíaseme en concertaciones por el NO, pero ahora que voto, el SÍ es irreductible… Aunque, viéndola bien, la paradoja no parece tan paradojal… A pesar de su oposición sintáctica, el NO de 1988 y el SÍ del 2008 significan lo mismo en términos semánticos: democracia. Como bien dices, para eso servirá la democracia: para la reproducción autopoiética de más democracia…
9. Sólo me queda un tema en el tintero, mi estimado Carlos Hugo: la lección sobre la “relatividad de las categorías estudiadas”. Espero que no te ofendas si te lo digo, pero la explicación no satisface en lo absoluto a un sujeto con sed de aprender, como éste tu servidor. La tesis de que (y te cito para seguir evitando incurrir en malos entendidos) “…algunas palabras/conceptos/categorías, adquieren valoraciones diferenciadas (relativismo?); y un mismo acto puede, dependiendo de la escuela/credo/fe/gnosis al que te adscribás, adquirir determinada trascendencia…” no me dice nada sobre la relatividad. Me habla, más bien, de lo que suele llamarse “inconmensurabilidad de paradigmas”. Pero de “la relatividad de las categorías estudiadas” no dice mucho. Sí confieso que la apelación a la einsteniana anécdota me ilustró mucho más al respecto, y no precisamente de forma intencional. En efecto, la anécdota grafica de forma clara y concisa el principio de relatividad (al no ser posible determinar si un sistema inercial se encuentra en estado reposo absoluto, el espacio-tiempo es relativo a cada sistema inercial), pero tu interpretas lo opuesto al principio en sí: “…El Relativismo termina siendo absoluto. Y lo Absoluto, es relativo…”. Tu interpretación de la anécdota, y no tu explicación, me grafica plenamente “la relatividad de las categorías estudiadas”. De ser aficionado a las leyes científicas, te la formularía en los siguientes términos: “Mientras algunos interpretamos lo que se nos dice de acuerdo a lo que el emisor quiso decir, otros interpretan de acuerdo a lo que quieren leer o escuchar”. Nueva lección aprendida, mi estimado Carlos Hugo, pero a través del mecanismo más ajeno a la intención del ilustrador. Igual vale, al menos para mí… Así que se agradece enormemente, again.
Muchos salud-os urgidos de vacaciones…
P. D. El ciudadano que esperaba manifestación sobre los estatutos ha quedado más que satisfecho con el último post de este agórico cyberrincón…
Más salud-os