El primer y más grande error fue el capricho. La Presidenta y su esposo dejaron pasar no menos de cuatro o cinco oportunidades para acordar con las entidades agropecuarias un final digno del conflicto. Los ruralistas no fueron el motivo de tanta decadencia, pero su resistencia fue esencial para catalizar el malhumor colectivo. (a propósito de la crisis argentina)
Joaquín Morales Solá
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2 comentarios
El capricho, la soberbia, son los términos más utilizados en todos los comentarios de analistas argentinos. Es una constante. Esperemos que este «tropezón» le haga a CK reflexionar, desandar caminos, y enderezar el rumbo. Se supone que uno aprende de los errores y los traspies.
Perdón por los acentos de mi texto, no sé qué sucede.