(ERBOL, AHORABOLIVIA) Esa fecha, además de ser el día de mayor gloria de la cristiandad, marcará la inflexión entre las propuestas y los discursos, con el inicio de la Bolivia autonómica y federal.
El intento gubernamental de controlar autonomías departamentales estatutarias y liberales, ha logrado que la Constitución congresal establezca todas las condiciones necesarias para que la transición del Estado Plurinacional de Bolivia pase a la de un Estado Federal. El gran debate de la Constituyente del 1871, la Revolución Igualitaria y Federal del cochabambino Andrés Ibáñez, la Guerra Federal de 1899, el Referéndum de 1931 y los movimientos descentralizadores y autonomistas iniciados en la década del 80 del siglo pasado, concluirán en el espacio, temido y repudiado por algunos sectores, del Federalismo. Y nadie como el MAS habrá hecho tanto en la Historia de Bolivia para lograrlo, desde el centralismo sindical y la acumulación del poder.
Eso es lo que podría llamarse una paradoja de la Historia.
El Domingo de Resurrección, se estarán eligiendo y designando todas las dignidades y servidores públicos que tendrán la responsabilidad de legislar territorialmente, de planificar el desarrollo, demandar y aprobar presupuestos, decidir sobre los recursos naturales y aplicar justicia plena y de cumplimiento obligatorio; esas categorías que se ven reconocidas constitucionalmente por la existencia precolonial de las 36 naciones y pueblos indígena originario y campesino, en el poético mandato de “libre determinación… derecho a la autonomía… al autogobierno”, inician formalmente el funcionamiento del complejísimo entramado que los bolivianos y bolivianas hemos aprobado por el 63% de los votos.
Si además, constatamos que los 4 niveles territoriales subnacionales, tendrán 8 formas distintas de administrarse, todas de la misma jerarquía y sin rango de dependencia, comprobaremos el volumen del reto en el que nos hemos metidos, de manera voluntaria.
Esta constatación empírica, estimula grandemente la necesidad de gozar a plenitud el fin del centralismo estatal. Y cuando las 36 naciones y pueblos indígena originario y campesino asuman a plenitud el ejercicio pleno de sus derechos constitucionales, deberemos prepararnos al nacimiento de la Confederación de Naciones Originarias con el Estado Plurinacional de Bolivia. Matizado por 9 Gobiernos Departamentales Autónomos que aspirarán, legítimamente, a similares condiciones constitucionales. Además de lo que demandarán los Gobiernos Municipales Autónomos en todas sus variedades y las Regiones Autónomas que empezarán a florecer.
La solución, no ha sido gratuita. Han contribuido a ella la necesidad de sincerarnos con nosotros mismos, y el grado de prejuicios y estupideces colectivas que cargamos sobre nuestras espaldas. Y que nos hacen envidiar, sanamente, al presidente Tupamaro y la entereza y dignidad del pueblo chileno en sus momentos de dolor. La ironía que acompañan estas palabras no es menor que la extraordinaria ocurrencia que se producirá el Domingo de Pascua. De muerte, Resurrección y nacimiento. Como la vida misma.
Carlos Hugo.
1 comentario
No existe atisbo de un mejor panorama -funcional- que aquél que dejaron las corporaciones regionales de desarrollo ó el pululage de gobiernos locales en primordial razón de su carente nivel técnico o el relegamiento de éste al mero carácter político. Ni que decir hoy, en uno de los gobiernos de mayor intensidad democrática iliberal.