Estas palabras fueron escritas el 3 de octubre del 2015. La dimensión del personaje ha crecido, las palabras siguen siendo válidas, conductas como las del Ing. Shoaie, en momentos como estos, necesitamos que se multipliquen.
-CHMS: Rector Manuel Shoaie, expreso mi respecto y afecto por su calidad humana, su don de gente, su equilibrio espiritual y su conocimiento universal. Lo suyo es una suma de cualidades cultivadas, y por ello, obtenidas con esfuerzo. Mientras más alto se alcanzan esos valores, más dignos resulta el conservarlos, no en la perfección que es atributo divino, sino en el esfuerzo humano de no perderlos en los momentos del desasosiego. Ese estado que abate tan seguido a los filósofos como precio por estar haciéndose preguntas, siempre. Su sonrisa es un camino. Le he pedido a mi boca que hable lo que mi corazón siente.
– MS: Estoy muy conmovido y agradecido, estimado Carlos Hugo, por tu noble gesto de recordar con tan elevados conceptos a este humilde amigo tuyo. ¡Estuve remando mi pequeño bote en aguas tranquilas, pero ahora me veo ante un mar rugiente de atributos que generosamente mencionaste! Púes, no me queda otra opción, ante las expectativas tuyas y las de otros queridos amigos, ¡que remar con mayor empeño para cumplirlos! ¡Mi sincera gratitud a todos!
– CHMS: Cuando el reconocimiento viene de quienes no tienen expectativas laborales ni comerciales, y no hacen otra cosa que poner en valor una conducta que necesitamos colectiva, usted que las ha generado, sólo tiene el argumento de la sonrisa y la concesión de disculpas por el quiebre de la quietud que tan dignamente ha elegido. No le resultará difícil seguir asumiendo el liderazgo humano que ya tiene con su silencio. No haga nada distinto, querido Maestro Shoaie.