Contra el poder económico y conspirativo de las empresas, ofrece una generosa receta de medidas para controlarlas. Nadie puede oponerse a mantener regulados y equilibrados a los agentes de la economía, y menos bajo un gobierno que se dice socialista. Lo que habría que preguntarle es si las medidas que está sugiriendo, en el fondo, en la forma y en la oportunidad, tienen sentido con la crisis mundial de la economía y las necesidades de la sociedad boliviana.
Aliento, respaldo, protección, confianza, sostenibilidad, largo plazo, superación del miedo, seguridad jurídica, justicia independiente, garantías, invitación a invertir, paz social, son los componentes imprescindibles para estos tiempos. Estoy pensando en pequeños, medianos, grandes, comunitarios, cooperativos y productores de economía mixta. Nacionales y extranjeros. Estoy pensando en el turismo, el café, la soya, la quinua, la carne, los tejidos, la miel, los servicios para la producción y la inteligencia que Bolivia debe ofertar al mundo por estar en el corazón de América…
Tengo la sensación que Álvaro, por su espíritu permanente de guerra, no está entendiendo lo que está ocurriendo en la base social y territorial boliviana el año 2021.
“Allí donde el poder de veto es demasiado fuerte, simplemente lo quiebras: te metes y construyes una empresa del Estado.
Revisa sus impuestos, mira sus propiedades, sus cuentas bancarias, tienes un menú de opciones de gobierno con las cuales atemperar y contener ese tipo de acciones.
Se trata de cruzarle el camino a los sectores empresariales que tienen demasiado poder de veto. No necesariamente estatizas todo, pero sí cortas la cadena, los debilitas, y eso hicimos con la soja; ya nunca más volvió a ser un problema.»
Álvaro García Linera se divierte a costa de Bolivia y de su propio gobierno; gobierno que, por momentos, pareciera está buscando otras soluciones más inteligentes y menos confrontacionales…
García para frenar a conspiradores: revisa sus impuestos, mira sus propiedades, sus cuentas bancarias