… completando su relato colla, y mirando la película desde el ángulo de un cruceño boliviano. Para que aprendamos ambos.
Me gusta leerte pues sé que lo hacés como provocación y para divertirte, mientras aprecio tu buen decir. Sos un escritor que en la jerga oriental podrías clasificarte como “joichi” (persona molestosa GCS) o caduco. Serías la versión quechua y aimara del “qonana”, en su acepción de quejumbroso. Y debo repetir en favor de los lectores, que el apellido que compartimos no nos genera parentesco, sin que ello modifique el afecto público y privado que tengo hacia vos.
Como yo también escribo con claves similares y estoy trabajando estos temas a partir de la Guerra del Chaco y la Revolución Nacional, aquí va mi divertimento
correctivo. Quienes vivimos en Santa Cruz y estamos profundizando sobre el pensamiento, su narrativa y los imaginarios colectivos para profundizar la democracia, el estado de derecho, la participación ciudadana y la superación irracional de la violencia, textos como el tuyo son entusiastamente celebrados por quienes están convencidos que hay ciudadanos collas que no tienen ningún interés de saber lo que pasa más allá del centralismo, geográfico y mental. La simplificación irresponsable de buenos y malos de la post verdad, elimina el debate, el disenso y la diferencia. Es tu derecho escribir en ese sentido. Bueno será que escuchés sus resultados.
En una de tus caduqueras contra la élite cruceña de quien esperás liberar a Santa Cruz de los “mitos de destino”, has elaborado una lista que demostraría el modo como ha reaccionado esa élite cuando desde el centralismo o desde la otra vereda ideológica, se siente afectada; sería más o menos como cuando un elefante se mueve sin decoro en una cristalería.
Decís que las acciones vinculadas a las regalías, la descentralización administrativa, la elección de prefectos, los referéndums autonómicos, las propuestas federales, y cuándo no, los aprestos separatistas que incorporás se habrían producido en 1970, se dan como consecuencia natural e inmediata de la animadversión de las élites cruceñas contra los gobiernos que difieren de su carácter ideológico conservador y que no incorporan la descentralización como ella lo pide.
Respetando tu enfoque ideológico, quizá por tu respetable desconocimiento de la historia de Santa Cruz, debo decirte que es un listado mezquino, sesgado e incompleto; con él, pretendés fundamentar las reacciones contra la democracia que habría producido esa elite que atacás con fruición; por dicha y porque la vida tiene sus imponderables, tengo que recordarte que existe una construcción material en el tiempo que se ha enriquecido con aportes de las dos veredas, ideológicas y geográficas; en esta nueva Santa Cruz boliviana, confluyen variables mestizas y nacionales que establecen otro escenario y otras categorías históricas que podrían explicar la disminución de la virulencia del lenguaje conservador y discriminador que generalizás sin sosiego, y que tanto les gusta usar a los anticruceños gratuitos.
A tu lista para entender la Bolivia que se gesta desde el oriente, y que le desconocés incomprensiblemente el valor que tienen de políticas públicas y mandatos constitucionales más allá de tu desacuerdo con ellos, para ser académicamente justo te sugiero incorporar a Andrés Ibáñez; el Memorándum de 1904; la creación solidaria de las mutuales; las cooperativas; la Guerra del Chaco; el Plan Bohan; la Corporación Boliviana de Fomento; el comité de obras públicas; CORDECRUZ; la planificación; el progreso nacional planteado desde los territorios; la fortaleza de la sociedad civil que demandaba para una ciudad en la que se apagaba la luz eléctrica a las 10 de la noche en la década de los sesenta, pavimento, luz y agua desde el Comité Cívico; las regalías redistributivas; después la participación popular; y desde siempre, la etnogénesis chiquitana que fabricó instrumentos, se apropió de la partitura europea, la recreó y la llevó por el mundo mostrándola orgullosa como un producto que le pertenece.
Los recursos de las regalías, las partidas nacionales que correspondían a los gobiernos después de la revolución nacional y los recursos internacionales que apostaron por un modelo diferente al de la minería, no habrían tenido resultado si aquí no hubiera existido una inteligencia regional con visión nacional que entendía su papel: producir para disminuir las importaciones, ocupar el territorio, generar desarrollo humano y consciencia nacional; junto con la marcha hacia el oriente, todas esas acciones le demandaban a la Bolivia escondida detrás de las montañas, se subiera a los 6.541 mts del Sajama para ver también el territorio del oriente, el chaco y la amazonía.
Tu listado, Fernando, olvida la migración que marca la vida nacional de la Santa Cruz actual, que es el producto de habitantes de todos los departamentos y que nos obliga a los que vivimos aquí, y a los que tratan de mantener una Bolivia del bicentenario con la visión mezquina de la minería, a aceptar este vitral polícromo de lo boliviano viviendo en el oriente. En esto no hay mandato divino, destino manifiesto ni mito histórico, es simplemente una lectura de oportunidad que va más allá de tu voluntad.
Resulta que ahora, cuando Santa Cruz pide recursos, representación y exige ser escuchada, es para los estantes y habitantes que aquí vivimos y que no hay forma de separarnos. Los intelectuales orgánicos del MAS están planteando un falso debate tratando de enfrentar a Santa Cruz con Bolivia. Te aseguro que fracasarán porque eso sería lo mismo que evitar que la economía social y de base ancha que se desarrolla en Santa Cruz y que atrae la migración que estamos viendo, deje de ser esperanza para quienes han decidido venirse, y de estímulo a los otros departamentos que también necesitan desarrollo. Cuando querrás conversar de los errores, las fallas, las torpezas que se han cometido, lo haré con gusto, como siempre, sin olvidar lo que afirma Javier Gómez del CEDLA, que, en este momento, con todas sus fallas, es el único proceso en Bolivia que genera acumulación y distribuye excedente material y simbólico en función del trabajo, la iniciativa y la productividad.
Sé que no es necesario pedirte que vengás a conocer esta realidad pues desde tus espacios de relaciones empresariales, la estás analizando permanentemente. Me toca, con espíritu crítico, sugerirte dejar los discursos de confrontación a quienes necesitan justificar el cargo público que ejercen; a quienes estamos en la sociedad civil, la academia, la investigación científica, el análisis, sin abandonar el compromiso y la pasión, nos toca hacer un esfuerzo por honrar la comprensión de esta Bolivia que se nos está escapando de las manos por no entender lo que ocurre en el territorio. Sería de gran utilidad reflexionar sobre la irracionalidad de esa mentalidad colonial de quienes creen que la rebeldía de la gente en los departamentos se aplacará con acciones militares, juicios amañados, cercos citadinos, malones punitivos o con la oferta de pasaportes para los cruceños que quieran irse… En 11 años, cuando seamos 15 millones de habitantes, el 90% de la población viviremos en ciudades, el 85% lo hará en los departamentos de Cochabamba, La Paz y Santa Cruz, el 50% en el Departamento de Santa Cruz, y la región metropolitana, tendrá 5.5 millones de habitantes. Mientras que los Departamentos de Chuquisaca, Oruro y Potosí seguirán con un despoblamiento complicadísimo, y Bolivia tendrá 1 millón de km2, técnicamente sin población.
Ofrecés escribir una “Historia de Santa Cruz”. Te puede ser altamente ilustrativa la lectura de “Santa Cruz vista por cronistas y autores nacionales y extranjeros, siglos XVI al XXI” de Mariano Baptista Gumucio. En ella hay una referencia de 41 autores que te permitirán una visión plural y fresca de lo que ha ocurrido por estas tierras tan desconocidas y con la gente que la puebla, más allá del prejuicio facilista del breviario.
Manuela Sáenz, en la novela que me ayudaste a publicar en su primera edición hace ya tantos años, tiene una frase magistral que sirve para ilustrar los entuertos en los que estamos metidos: “Hay que pisar tierra para poder soñar correctamente.”
Te espero en Santa Cruz para tomar un cafecito de grano boliviano que nos une, y producido por manos collas, paceñas y yungueñas.