Estoy investigando sobre la Guerra del Chaco y la Revolución Nacional. Quienes vivimos en Santa Cruz y estamos profundizando sobre el pensamiento, su narrativa y los imaginarios colectivos para fortalecer nuestra democracia, el estado de derecho, la participación ciudadana y la superación irracional de la violencia, necesitamos reflexionar más profundamente el tradicional debate contra el centralismo, geográfico y mental.
El país se ha dotado, desde la construcción social y la demanda ciudadana, de una serie de instrumentos que ya son universales y eficaces; institucionalidad de las regalías, la descentralización administrativa, la elección de gobernadores y alcaldes, los referéndums que aprobaron la autonomía.
En ese proceso, Santa Cruz jugó un papel fundamental en favor de las regiones de Bolivia con una construcción material que se ha enriquecido con aportes de las diversas veredas ideológicas y geográficas. Para entender la Bolivia que se ha gestado y que tiene políticas públicas y mandatos constitucionales, a las acciones reconocidas por la historia oficial, se necesita incorporar a Andrés Ibáñez; el Memorándum de 1904; la creación solidaria de las mutuales; las cooperativas; la Guerra del Chaco; el Plan Bohan; la Corporación Boliviana de Fomento; los comité de obras públicas; las corporaciones de desarrollo; la planificación; el progreso nacional planteado desde los territorios; la fortaleza del movimiento cívico cruceño que demandaba pavimento, agua y luz eléctrica porque ella se apagaba a las 10 de la noche en la década de los sesenta; las regalías redistributivas; después la participación popular; y desde siempre, la etnogénesis chiquitana que fabricó instrumentos, se apropió de la partitura europea, la recreó y la llevó por el mundo mostrándola orgullosa como un producto que le pertenece.
Los recursos de las regalías, las partidas nacionales que correspondían a los gobiernos después de la revolución nacional y los recursos internacionales que apostaron por un modelo diferente al de la minería, no habrían tenido resultado si en los territorios no hubiera existido una inteligencia regional con visión nacional que entendía su papel: producir para disminuir las importaciones, ocupar el espacio, generar desarrollo humano y consciencia nacional; junto con la marcha hacia el oriente, todas esas acciones le demandaban a la Bolivia escondida detrás de las montañas, se subiera a los 6.541 metros del Sajama para ver también al oriente, el chaco y la amazonia.
Los intelectuales orgánicos del MAS están planteando un falso debate tratando de enfrentar a Santa Cruz con Bolivia, desconociendo la economía social y de base ancha que se desarrolla en Santa Cruz, que atrae la migración que estamos viendo, genera la esperanza de quienes han decidido venirse, y son un estímulo a los otros departamentos que también necesitan desarrollo. Existen errores, fallas, y torpezas que se han cometido en ese modelo, sin olvidar lo que afirma Javier Gómez del Cedla, que, en este momento, con todas sus fallas, es el único proceso en Bolivia que genera acumulación y distribuye excedente material y simbólico en función del trabajo, la iniciativa y la productividad.
Necesitamos dejar los discursos de confrontación a quienes necesitan justificar el cargo público que ejercen; a quienes estamos en la sociedad civil, la academia, la investigación científica, el análisis, sin abandonar el compromiso y la pasión, nos toca hacer un esfuerzo por honrar la comprensión de esta Bolivia que se nos está escapando de las manos por no entender lo que ocurre en el territorio. Sería de gran utilidad reflexionar sobre la irracionalidad de esa mentalidad colonial de quienes creen que la rebeldía de la gente en los departamentos se aplacará con acciones militares, juicios amañados, cercos citadinos, malones punitivos o como en la década de los años 60, con la oferta de pasaportes para los cruceños que quisieran irse… En 11 años, cuando seamos 15 millones de habitantes, el 90% de la población viviremos en ciudades, el 85% lo hará en los departamentos de Cochabamba, La Paz y Santa Cruz, el 50% en el Departamento de Santa Cruz, y la región metropolitana, tendrá 5.5 millones de habitantes. Mientras que los Departamentos de Chuquisaca, Oruro y Potosí seguirán con un despoblamiento complicadísimo, y Bolivia tendrá 1 millón de km2, técnicamente sin población. ¿Cuál la respuesta para Potosí, que no sea más violencia?
Manuela Sáenz tiene una frase magistral que sirve para ilustrar los entuertos en los que estamos metidos: “Hay que pisar tierra para poder soñar correctamente.”