Anoche, en nombre de todos, leí lo que sigue en los 15 años de amor de CONTRAPUNTO. Ya está escrito para que su constancia permita que siga creciendo, y la noche de anoche, amalaya, dure siempre.
La guerra empezó a perder terreno el día en que se inventó el saludo.
Fue cuando el brazo se levantó, abierta la mano, para mostrar que no había la piedra del hacha o el metal de la espada.
Ese invento magistral, se completó con el descubrimiento del ritmo y las posibilidades de repetir la sonoridad de los latidos del corazón y la cadencia de la respiración.
El que lo descubrió, no pensó que estaba abriendo el camino a medir el tiempo, a establecer secuencias, a precisar períodos. Pero esa será, otra Historia.
Con el ritmo, la sonoridad y la cadencia, en el fuego de la fragua y los primero pininos de los arpegios, nacieron las notas que se alinearon en melodías y con el nacimiento de lo que hoy llamamos música, proliferó la vida como un acto voluntario de amor, de pasión y de ternura.
Resulta que los pájaros, el viento entre las ramas, el agua en su deambular eterno entre las piedras, que ya venían repitiendo sus rumores magistrales, cuando se sumaron al ritmo, la sonoridad y la cadencia, obligaron a los hombres y mujeres, a las mujeres y los hombres, a buscar otros instrumentos, además del corazón, los pulmones y los labios silbando una melodía. La boca, el único instrumento de viento con el que nacemos todos los humanos, fue el primero.
Las cañas pentatónicas convertían al viento que pasaba entre sus ranuras en otra cosa distinta, y la madera dio paso al redoble de tambores que enseñó el pájaro carpintero en el tronco almendrado de la mara.
Cuando la vida se hizo más compleja y llegó hasta nosotros, las formas simples en las que discurría debía parecerse a los sentimientos expresados en nombres bautizados y mestizos: carnavales, canciones, taquiraris, baladas, boleros, valces, chovenas, cuecas, candombes…
Y si tuviésemos que hacer un programa con esos ritmos, tendríamos que cantarle: a la novia de las tierras grigotanas, las marías que caminan los caminos y las niñas que llevan en la tinaja, el agua del mar que no conocimos.
Cada cual, a su manera, tendría que ponerse el sombrero de sus ilusiones y buscar una ventana para encantar el amor de quien lo escucha, aquí, o al otro lado del río inmenso cuya playa está en un espacio que llaman península. Nuestro canto, tiene que ser el que le canta a nuestras devociones y nuestra Alma, el de la luna vergonzosa escondida entre nubes pasajeras, trasnochada y agitada en la maraca de una tierra encantada.
Y después de esta invención descubierta, el descubrimiento de nuestros sentimientos y el nacimiento de las melodías, teníamos que lograr que alguien, nos lleve de la mano por la geografía de los sentimientos para cantar lo que necesitamos y no podemos, queremos y no sabemos. Como si la canción fuera nuestra.
Debían ser, alguien, que discurra como la selva de los ríos infinitos y que tenga el poder de hacernos olvidar el tiempo. Que pueda, desde aquí y para el mundo de otras tierras y otros sentires y saberes, comunicarse como si fuera propio. Que logre con su dejo campechano de la pampa, el chaco y la siringa, compartir con otros pueblos que cantan sus canciones y cuentan sus historias; que suban las montañas donde la piedra enfría y baje el yaraví a degustar la miel de abeja, y entre ambos, los nuestros y los otros, sus voces y las nuestras, volvernos a la mansedumbre gigantesca de un beso con la boca abierta, que nos hace humanos, libres, finitos, carentes, generosos y agradecidos.
Necesitamos que a este canto nuestro, no le pongan propietarios y que solo se incline ante la fraterna distancia de los sueños.
Que no olvide que la mano abierta es el triunfo contra los violentos y que el descubrimiento que hacen nacer todos los días, nos arrope confiados.
Esta Historia nació con nosotros. Y desde hace 15 años, en este mes de las orquídeas, que venimos caminando con las voces de sus melodías. Hace 15 años, que los descubrimos y ya son nuestros.
Maraca Mateo, CHAPIE, CONTRAPUNTO!!!
Carlos Hugo.
4 comentarios
CHAPIE!!!
QUE MANERA DE EXPRESAR LOS SENTIMIENTOS!!!
MA-GIS-TRAL!!!
Salud y PAZ!!!
Al mejor estilo de Carlos Hugo.
Chapie
Bellísimo. La belleza y la bondad son hermanas. Salud por los artistas.