Esta vez fui a Tarija a presentar el libro «Un cafetal del tamaño de Bolivia», y a buscar respuestas sobre sus potencialidades para alcanzar desarrollo. Volví con certezas.
Realizando el análisis desde la secuencia de los censos 1992, 2001 y 2012 y sus proyecciones, Tarija es el departamento con mejores condiciones en la relación población y ocupación del territorio. El de menor abandono de áreas rurales, con los mejores índices de desarrollo humano sostenidos en el tiempo, con una inversión en infraestructura y desarrollo que no la tiene ningún otro departamento. Y con una gran potencialidad ligada a la producción de la tierra, al turismo y al funcionamiento de las ciudades intermedias. El tema del café, como queda demostrado, tiene, también, evidencia empírica.
Dicho esto, queda esperar de su liderazgo, el armado de un proyecto que unifique sus potencialidades y se convierta en un proceso ejecutable. Hermoso reto que Bolivia entera, espera le vaya bien y que solo depende de los tarijeños.