La dificultades para producir el café argentino Baritú, en Salta. Y mientras tanto, nosotros seguimos nuestro caminar por la magia y la poesía del Cafetal del tamaño de Bolivia.
La gentileza de Orlando Saucedo Iannone me permitió degustarlo. Es suave y achocolatado… Recordé una crónica sobre su historia, te la comparto para poner en valor las dificultades que tienen para producirlo. Y comparar automáticamente con nuestra realidad…
Cuenta Graciela Ortiz, que los cafetales están en producción desde la década de los ‘70, plantados en la selva tropical de Orán. «Medio siglo atrás, el Estado Nacional propició un plan llamado “Salta Café”, del que también participaron las provincias de Misiones y Jujuy; pero debido a cuestiones climáticas (de verdad que el café necesita condiciones únicas para que su cultivo prospere) fracasó. Sólo sobrevivieron estas tierras ubicadas en las yungas tropicales.»
La producción tiene una complicación extra: “Pero llegar a la propiedad es todo un tema, no podemos hacerlo por el lado argentino y entonces tenemos que ir por Bolivia, haciendo todos los trámites (aduana y migraciones, de ida y de vuelta) como si fuéramos de paseo. Increíble porque es solo un tránsito de 15 km. De allí cruzamos la alta cuenca del Río Bermejo en una chalana e ingresamos a pie a la propiedad. Luego volvemos al lado argentino”.
«Tenemos dificultad por falta de el camino, si tuviésemos una ruta habilitada sería menos dramático a la hora de entrar y salir, así como para sacar la cosecha. Las altas temperaturas también molestan. El hecho de tener luz sería muy beneficioso: enfrente tenés comunidades bolivianas que sí tienen energía y hay tratados binacionales que nos podrían ayudar también en ese sentido.»
«Producimos variedad arábica. La sub variedad es la Catuaí, que es una fusión de dos variedades, Mondo novo y Caturra. El fruto puede ser bourbon o amarelo. La Mondo novo es una variedad colombiana cuya productividad es muy alta, y la Caturra es brasileña y de porte muy robusto. Eso hace que la planta tenga mucha fuerza, sea muy productiva y al mismo tiempo soporte los embates climáticos. Donde nosotros tenemos la plantación es selva de altura; ahí la amplitud térmica es muy marcada entre el día y la noche. La planta de café tiene una vida útil de 15 años, aproximadamente, después tenés que renovar toda la plantación.
«Producimos muchos menos kilos que en otras partes del mundo porque tenemos una sola floración al año. Y para que nuestro café esté ventilado y libre de plagas, lo plantamos de 2 a 3 metros entre una planta y otra, eso hace menos probable que sea atacado. En promedio tenemos unas 1.500, 1.800 plantas por hectáreas. La teoría dice que cada planta tiene que dar un kilo, pero a veces eso no sucede. Hay años en que cuando está la planta en floración viene un viento y te tira la mitad de las flores; también afectan las muchas o pocas lluvias; todo tiene que ver. El tostado lo hacemos en Jujuy porque allá tenemos una confitería.
El acceso a la finca, vecina del Parque Nacional Baritú (de allí el nombre del café) era por la Ruta Provincial 9, pero ese camino quedó abandonado y destruido hace años. “La finca tiene más de 1.500 hectáreas, pero las que nosotros destinamos al café son 30, porque la mayoría de la quinta está dentro de lo que es reserva biosfera y está preservada y cuidada por nosotros”.