Qué grato compartir y comprobar que las claves del desarrollo sostenible y económico, coinciden. Además, y como siempre, se impuso el afecto en un espacio humano del que me siento parte. Mi padre nació en Riberalta, y después de mi azaroso periplo «carretero» por Magdalena, me identifico más con sus reivindicaciones justas por alcanzar mejor desarrollo.
Gracias a quienes facilitaron las relaciones, el espacio y el afecto, Eva Villavicencio, Presidente de la Casa de la Cultura del Beni y su Directorio en pleno.