Tu despedida física, Osvaldito, abrió la puerta ancha de los mejores afectos, de los más entrañables. Estuviste ligado al Festival de la Orquídea desde sus orígenes y sabías que Concepción en octubre desde el año 2001, era EL centro multiplicador de energía y de construcción de futuro.
Estuve hurgando mis vivencias y un turbión de ellas me atropelló al comprobar cómo el Festival, las orquídeas, vos, Napo, Carlos, Rubens, Giovanna, Anita, CONTRAPUNTO, Lupe, Mane, Antonio, Nuria, los hermanos de Extremadura, los cierres de armónica acompañado por Lalo, y tantos otros especializados en fabricar afectos, como te decía, logramos construir una relación como la enseñó Benedetti… «…si te quiero es porque sos/mi amor mi cómplice y todo/y en la calle codo a codo/somos mucha mas que dos…»
Para seguir con los agradecimientos y aprendiendo de tu ternura irresponsable, aquí te comparto los rostros de quienes aparecieron desordenados venciendo el tiempo y el espacio para seguir militando en la utopía.
Osvaldo Parada Achával, ¡Presente!
(Las orquídeas amarillas que se encuentran en este post están en el muro de Osvaldo… el las eligió como su identificación)