La posición de Carlos Mesa sobre la nueva Constitución.
Como todo el país sabe, hice pública mi decisión de votar por el NO en el Referendo del pasado 25 de enero. Esta acción me inscribe en una línea de oposición democrática al gobierno, por razones que expliqué exhaustivamente al país. En este contexto es mi deber hacer conocer a Bolivia mi posición tras los resultados de los comicios:
1. Un principio democrático que ha marcado mi vida privada y pública es el reconocimiento de la voluntad popular. El voto mayoritario ha aprobado el texto de la Nueva Constitución. Por ello, me someto a ese resultado y expreso mi decisión de actuar en el presente y en el futuro bajo las normas de la Nueva Carta Magna.
2. A pesar de su ratificación popular, el nuevo texto no ha conseguido el pacto social que refleje la unidad y la paz en Bolivia. Sólo el cumplimiento riguroso de la ley y el reconocimiento cotidiano del otro, independientemente de su origen, lengua o color de piel, permitirán construir el pacto que aún está pendiente.
3. Exhorto al gobierno a cumplir rigurosamente esta Constitución y en particular sus artículos transitorios. Pido también a quienes votaron por el NO, hacer exactamente lo mismo.
4. El Congreso debe redactar la ley electoral para las elecciones de diciembre de 2009 y abril de 2010 y elegir los miembros faltantes del actual Tribunal Constitucional con dos objetivos: Hacer posible la aplicación inmediata de las autonomías y garantizar el respeto a los derechos humanos. El gobierno debe gobernar sin apelar a decretos-ley en lo que toca a su gestión administrativa de aquí a diciembre, sólo puede hacerlo a través de leyes sancionadas por el Congreso.
5. Es indispensable que las autonomías se pongan en vigencia inmediatamente. Los departamentos que ganaron la autonomía, deben adecuar sus estatutos a la Constitución y el Tribunal Constitucional transitorio, garantizar su constitucionalidad.
El mayor desafío de hoy, especialmente para quienes votamos por el NO, es demostrarle al gobierno y a nosotros mismos, que nuestro espíritu democrático está por encima de todo.