Walter Kuljis es definido por quienes lo conocen empresarialmente como una persona audaz al momento de decidir cuándo y dónde invertir y con una capacidad poco común para leer el futuro e interpretar el presente; dicen que su lema es que un empresario puede producir mayor riqueza que la económica, si es capaz de hacerlo junto con la sociedad en la que vive.
Eso quizá explica su sensibilidad en favor de nuestros artistas a los que reúne y apoya compartiendo y alentando capacidades. La otra noche, en un desvelo de afectos inagotables, entre otros, convocó a tres gigantes, al Maestro Cesar Espada, a mi entrañable Yalo Cuellar y al incansable, Carlos Langa.
Me alegró escuchar a Yalo que en su recorrer por la patria, a su voz y talante templados en el Chaco con todos sus ritmos y melodías, está recuperando el Oriente con su música. Lo hizo con El Trasnochador (Nicolás Menacho, Raúl Otero Reiche), El Guajojó y Lunita Camba (Percy Ávila); Sombrero `e Sao (Pedro Shimose); Niña Camba, con su autor, César Espada. Y logró transmitir la melancolía de la Guerra del Chaco con la cueca Infierno Verde (Ruiz/Valda). Tenía una deuda de escucharlo. Walter facilitó que la cumpla.
Imaginate lo que fue un momento sin tiempo viajando por nuestra geografía sin fronteras.