Vivimos una Bolivia, heredera de la Revolución Nacional, que propuso la alianza de clases, la economía mixta, la soberanía y la inclusión para superar un país feudal; esta Bolivia hizo su esfuerzo fundacional y fue ajustando las deudas históricas con la población y el territorio.
Realizó ensayos políticos, económicos, de gobernabilidad y gestión para superar el gobierno de castas, roscas y oligarquías excluyentes en una república de gran extensión y muy poca población y que había definido su sobrevivencia sobre el extractivismo minero, logrando abrirse al reto de las tierras bajas.
En lo político, luego de un periodo de partido único, el MNR, generó acuerdos y consensos de coyuntura que resolvieron el reparto del poder, con grave crisis para la eficacia y la transparencia.