(Clarin) Vuelven a presionar a Evo por el tema de la capital de Bolivia. Los gobernadores autonomistas exigen un referendo. Además le reclaman fondos.
Por: Pablo Stefanoni
Al festival de referendos -legales e ilegales- que vive Bolivia podría sumarse ahora otro, de efectos imprevisibles, si prospera una polémica iniciativa de la oposición. El denominado Consejo Nacional Democrático (Conalde) que agrupa a los gobernadores opositores decidió en la madrugada de ayer pedir al presidente Evo Morales que convoque a un plebiscito para decidir si la sede de gobierno debe seguir en La Paz o volver a Sucre, que desde 1899 es capital sólo simbólica del país. Si, como es obvio, el presidente se niega a hacerlo, comenzarán a juntar firmas para habilitar una consulta por iniciativa ciudadana.
Además, los líderes regionales decidieron iniciar una huelga de hambre indefinida si hasta el próximo 4 de agosto el Poder Ejecutivo no les reintegra los impuestos por hidrocarburos coparticipables que fueron derivados al pago de una renta a la vejez. En opinión de los líderes opositores, el recorte fue más allá de lo necesario y sólo busca dejar sin aire los tesoros de las regiones autonomistas. Pero no todas son malas noticias para Evo Morales: la oposición -dividida y últimamente muy errática- ratificó que participará del referéndum revocatorio del 10 de agosto, cuando el presidente, el vice y los prefectos (gobernadores) deberán ser ratificados o echados de sus puestos por el voto popular.
El Conalde ganó ayer una nueva invitada con la reciente elección de la indígena Savina Cuellar -postulada por la derecha- como gobernadora de Chuquisaca. Pero tuvo una baja: el cochabambino Manfred Reyes Villa no pudo digerir que los líderes autonomistas con los que había acordado bajarse del revocatorio se volvieran a subir, sin avisarle, al tren electoral, y ayer pegó el faltazo. Ahora busca parar en soledad un referéndum que algunos creen que podría terminar reforzando la desafiada gestión de Morales.
Mientras se necesita un rechazo superior al 53,7% para echar a Evo, los gobernadores pueden ser revocados con menos del 50% ya que ninguno ganó con mayoría absoluta, y basta que el No a la gestión supere la votación original para quedar fuera de juego. Además, el mandatario indígena tiene otra ventaja: curiosamente, casi nadie se anima a hacer campaña por el No y avalar sus denuncias de que quieren «tumbar al indio».
Recién ahora la oposición intenta formar un incierto comando del No que aún debe sobreponerse a la falta de acuerdos estratégicos. Esta semana, el periodista José Pomacusi, ex director de prensa de Unitel -emisora furiosamente opositora a Morales- desempolvó un viejo titular de El Gráfico para definir su posición. Una vez leí una tapa de El Gráfico que decía No hay que cambiar a Passarella, Passarella debe cambiar . En Bolivia no hay que cambiar a Evo, Evo debe cambiar . Y añadió: Lo que hay que lograr es que sea ratificado con un margen muy escaso , para que no tenga un cheque en blanco.
Con el horizonte del revocatorio despejado, las dudas se trasladan a sus posibles efectos.
Cada bando imagina una fuga hacia adelante: Si llegamos al 60% por el Sí metemos el referéndum para aprobar la nueva Constitución , se escucha entre las fuentes palaciegas. Y desde la media luna liderada por Santa Cruz anunciaron que si Evo es revocado en esa región sur-oriental y la mayoría los gobernadores son ratificados con amplitud avanzarán contra viento y marea en la aplicación de los estatutos autonómicos aprobados recientemente en referendos sin base legal.
1 comentario
Articulo Interesante, o sea las cosas siguen exactamente igual, piedra contra piedra.
Que lastima.