Carlos Toranzo Roca, quiero dejar constancia del infinito respeto y afecto que te ganás todos los días, compartiendo la presentación de tu primer libro en Bolivia, «Bolivia: reproducción de capital y política» publicado por la Editorial Universitaria de la René Moreno, cuando venías a conversarnos cosas a Santa Cruz. Lleva fecha de febrero del 1988, y lo dicho, es como si fuese escrito para ahorita. El libro ya es una joya de biblioteca y no sé cuant@s tendrán el gusto de poseerlo.
PRESENTACIÓN
Existe una constante en los escritos y la palabra de Carlos Toranzo Roca: la necesidad de bajar a la realidad para poder efectuar una lectura correcta de los acontecimientos.
Sean sus análisis académicos o se refieren a los de coyuntura, no hay la exquisitez del erudito con intenciones de deslumbrar sino la voluntad del maestro que desbroza y proporciona luces; le corresponde al lector continuar el trabajo.
Quien haya leído a Zavaleta Mercado y haya manifestado dificultad en su lectura, tiene con Toranzo la posibilidad, sin restarle profundidad, de continuar el conocimiento con una palabra que discurre cargada de compromiso y realidad.
Raro caso de este boliviano, actor en algunos episodios y estudioso de todos, que ha merecido el reconocimiento fuera de su patria y ahora se aprende a respetarlo dentro de ella. El golpe del Cnel. Banzer determinó que fijara domicilio en el entrañable México; lo conocimos allá en 1.980 cuando se desempeña ya como Director del Seminario “EL CAPITAL”, Unidad de Investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México que brinda apoyo científico a todas las ciencias sociales; ese aspecto que pudiera ser insustancial en nuestro medio, adquiere su importancia cuando sabemos que el 85% de la investigación del Estado mexicano lo efectúa la UNAM, que los recursos que administra son iguales a las exportaciones bolivianas y que su población estudiantil está alrededor del medio millón de Universitarios. Y allá, en medio de su labor educativa, Bolivia estaba presente.
Si lo nacional-popular arranca con la revolución de 1.952, no es sino después de las rupturas de 1.964 y de 1.971 que se inicia un análisis más allá de los dogmas de breviario. Lo inicia el propio Zavaleta cuando reconoce que el Golpe de 1.971 tenía cierto contenido popular y el modelo que proponía iba más allá de un simple cuartelazo. Quienes asumen ese análisis, Toranzo entre ellos, son muy pocos; las equivocaciones de la Asamblea Popular se repiten en 1.980, CONADE ya no es más que un recuerdo; las huelgas generales e indefinidas en tiempo del Dr. Siles; la DRU en marzo de 1.985 – antesala del Estado Popular- y su consecuencia, el desastre electoral de agosto del mismo año que establece un nuevo modelo económico imposible de suponer cuatro meses antes del 21060.
La unidad Democrática y Popular, órgano electoral de la izquierda boliviana inicia su propia ruptura mucho antes del 10 de octubre de 1.982 y la asunción del Dr. Siles al Gobierno en las condiciones que le impusieron, no son sino la demostración palpable de las incongruencias en sus niveles ya no solo estratégicos sino además, tácticos. Y como la UDP no dejó descendientes, no se asume la responsabilidad de investigar las razones del fracaso, y ahí otra vez está Carlos Toranzo. Su prescindencia de militancia partidaria, no así de compromiso político, situación que le ha valido críticas, lo presentan como un duro analista de nuestros errores y de la crisis que atravesamos, crisis en sus palabras no es otra cosa que una oportunidad de estudiarnos dolorosamente.
Todo el año 1.987 ha sido un período en el que Toranzo ha podido mostrarnos lo contundente de su análisis sin más pretensión que la de cumplir el compromiso con su patria, pues que sepamos no está disputando candidaturas electorales. Por ello quizá, el respeto es mayor. Dos cursos organizados por la FLACSO, uno en la Paz y otro en Santa Cruz sobre el análisis de El Capital, pretexto para proporcionar a los estudiosos bolivianos instrumentos para leer nuestra propia realidad; seminarios, coloquios y mesas redondas propiciadas por el ILDIS que lo han tenido como responsable de la redacción y la edición de sus publicaciones. Y hoy, este volumen propio, con el mismo enfoque, los mismos instrumentos y la misma necesidad científica de enseñarnos a estudiar la realidad. Aquello de repensar el país, de analizarlo, del que comete errores pero con la firmeza del comprometido, puede que nos ayude para no volver a lo mismo cuando cada vez el tiempo es menor. Ojalá no ocurra, pero no tengo la menor duda que ahí estará nuevamente Carlos para recordarnos que los fracasos pueden transformarse en esperanzas. Como lo está haciendo ahora.
No cabe duda que estamos ante un Estado Nacional en cierres por todo lo que debe hacerse; la magnitud del trabajo ha hecho que muchos lo abandonen antes de empezar o abjuren de él con disonancia sumándose a las fuerzas del statu quo. Y es que hablar de la necesidad de estudiar a las Fuerzas Armadas como ciudadanos de uniforme y no como fuerzas pretorianas; la comprensión de la fuerza cristiana de nuestro pueblo que puede, y lo ha demostrado en muchísimas experiencias, dejar de ser opio adormecedor; la existencia de una organización sindical superior que no es partido político y que fracasara en cuantas acciones pretenda realizar bajo esas condiciones; la urgencia de democratizar a las organizaciones políticas para, también, volver democrático al Estado; la participación popular en todas las expresiones de la sociedad civil y organizaciones intermedias; el requerimiento de transformar la súper estructura jurídica con los instrumentos existentes como mecanismo de organización y movilización; la ruptura de un Estado Corporativo que ha establecido la designación y la elección por métodos cooptativos; la incorporación de los sectores marginados-urbano-populares y campesinos-por derecho propio y por métodos posibles; el reconocimiento de las regiones como sujetos de análisis políticos; y podrían seguir las situaciones sobre las que aún solo existen esbozos y que deben encontrar respuestas en el marco de un sistema que proporciona la posibilidad por sus propias contradicciones.
Se ha lanzado a la conciencia del Estado la necesidad de reformar la Constitución Política; esta situación que pudiera ser también insustancial en un sistema acrítico puede ser llenada de un profundo contenido democrático que organice y movilice. Y volvemos a Carlos Toranzo. Sólo la lectura de la realidad puede proporcionarnos respuestas a todas estas inquietudes. Todas ellas son reales. Nuestras respuestas deben ser posibles.
He hecho solo mención, voluntariamente, a los aspectos económicos del problema, al modelo de acumulación existente y al proyecto económico que esto importa. Ahí está la voz, con absoluta suficiencia, de quien ha despertado la búsqueda de respuesta a tantas y tantas interrogantes; han sido éstas motivo de muchos desvelos y preocupaciones compartidas con Carlos. Corresponde leer su propuesta y analizarla críticamente. Este volumen académico es un instrumento de estudio que aporta la Universidad Autónoma “Gabriel René Moreno “.
Es el fruto de la capacidad y compromiso de su autor con nuestra Patria. Y para mí estas palabras son las que el alumno devuelve en afecto por las que recibió en conocimiento.
Santa Cruz, febrero de 1.988
Carlos Hugo Molina