Cinco circunstancias destronaron en 16 días al todopoderoso presidente de la CUB, hasta llevarlo esposado a San Pedro donde tendrá tiempo para reflexionar los próximos seis meses:
- El atentado en la Universidad Tomás Frías de Potosí el 9 de mayo, que dejó en evidencia un manoseo asqueroso de la institucionalidad universitaria, con la complacencia del sistema universitario.
- La presencia de un dirigente universitario indefendible, con una historia de figuración pública inexplicable, acompañada, por las denuncias, de prebendalismo y corrupción. Además de sus generosos 54 años de vida, 32 en condición de estudiante, 10 como presidente de la CUB y 5 como Secretario Ejecutivo del CEUB, sin ser profesional, y con un sueldo equivalente al que perciben los Rectores.
- Los medios de comunicación que hicieron seguimiento del tema, con investigaciones y difusión de opiniones, y dejaron en evidencia la dimensión de la podredumbre
- Las Redes Sociales que acorralaron la prepotencia de un estilo de liderazgo rayano en la matonería.
- Y nadie, nadie, absolutamente nadie, salió en defensa del susodicho Mendoza, lo que hace suponer que lo que se dice, es cierto.
No se trata de hacer escarnio del árbol caído, sirva todo esto para que no se vuelva a producir y que el Sistema Universitario cumpla su mandato de producir ciencia, formación y consciencia.
Que la señora Nadia Cruz, aprenda de la lección ajena. Ya no es Defensora del Pueblo, su interinato concluyó el 14 de mayo, ya no puede firmar nada y tampoco tiene respaldo legal para cobrar sueldo más allá de esa fecha. Recuerde usted que cuando se pierde el favor político, la justicia es inflexible, señora Cruz.