Cecilia Lanza, volví gracias a vos y de manera cinematográfica, sobre tantos nombres y circunstancias… la habilidad de los directores de cine está en enfocar la cámara, acompañada de música y luces, hacia donde quiere que el espectador ponga la atención. Los directores de teatro lo hacen con recursos más limitados y por eso es más meritorio, gracias a la capacidad de los actores y actrices y al movimiento que despliegan en el escenario. En ambos casos hay una secuencia que no se detiene y obliga al espectador a prestar la atención que la obra le demanda. El narrador literario, sin embargo, incorpora al lector en sus palabras, lo envuelve, le sugiere sensaciones, le describe el espacio en el que discurre lo que está leyendo, y lo deja que termine de construir sobre su propia experiencia, vuelva sobre la lectura y se detenga cuantas veces sea necesario… Lo lograste, sobre hechos históricos que todos conocemos y que no pueden modificarse, los lectores somos un nuevo integrante de lo que relatás…
Tu crónica es la historia de la lucha del pueblo boliviano para vencer al gobierno de García Mesa y sus sátrapas, sanguinario, corrupto, narcotraficante, violento, violador de los derechos humanos, asesino. Quien la lea, escuchará que lo hacés sobre tres hilos conductores:
1. La vieja fórmula de matar al padre, la metáfora de Freud
2. La memoria, que como dijo Benedetti, «el olvido está lleno de recuerdos», y
3. «El Olvido que seremos», novela de Héctor Abad en la que el protagonista, se presta las palabras de su padre y habla a través de él…
Cierro donde concluye la aventura creativa de Emilio Lanza, el 10 de octubre de 1982 con la pregunta: ¿Cuál es el padre del que debemos librarnos? ¿Cuál es la disrupción, la magia que debemos construir en la narrativa del 2023? Propongo:
a) Recuperar plenamente la democracia
b) Llegar al 60% de la población menor de 30 años
Y me ayuda Benedetti: «Algunas claves/del futuro/no están en el presente/ni en el pasado están/extrañamente/en el futuro» CONJUGACIONES – 2
Gracias por la tertulia compartida con Maggy Talavera, Samuel Doria Medina, Johnny Nogales, Lorena Sugier, la crónica visual de Fernando Sejas, tantos constructores de la democracia y la presencia auspiciosa de jóvenes.