Inaugurado el festival, se procedió a medir el Queso Estirao más largo de Bolivia y qué venció su propio récord: llegó a 160 metros, con la participación entusiasta de todos, autoridades, productores, visitantes, población local…
Cuando se está en estos ambientes festivos, de compromisos colectivos y alegría generosa, es imposible no preguntarnos: ¿y por qué no logramos los bolivianos recuperar nuestro optimismo pleno con la vida?
Viendo cómo están trabajando en Cordillera, y los resultados que están logrando, la duda se hace más intensa y por eso, nuestro agredecimiento crece agradecido.