Fernández Gustavo, Toto, resulta siendo un sembrador, generoso con las ideas, crítico, decidor, cochabambino, académico, internacionalista y fabricante de visiones y escenarios de futuro. De esa mezcla surge el producto depurado de un raro ciudadano público, que ha superado la mezquindad humana por convicción y buen genio. Comprender las Relaciones Internacionales de la República de Bolivia, sería dificultoso sin sus palabras, ofreciéndonos el gusto de hablar como escribe, claro, punzante y fraterno. Ha entrado y salido de la burocracia, sin rasguños, con la delicadeza de un caballero y la pulcritud de un Tribuno. Marca una distancia manifiesta con la falta de sentido común y arremete entusiasta para esclarecer todo el abanico de la gestión de Estado. Su calidad de Maestro, lo hace mejor amigo. Sin ningún pretexto, así lo denuncio.
Carlos Hugo