Julio Fernández

Al concluir mi intervención en el Foro sobre Descentralización que se desarrolló en Asunción, se me acercó Julio con una historia extraordinaria.

Me contó que su padre, Roberto Fernandez Villarroel, cayó prisionero en Laguna Chuquisaca-Pitiantuta, en una de las primeras acciones bélicas del Chaco, en julio de 1932. Durante toda la campaña, los prisioneros de guerra cumplian servicios agrícolas, dado que el ejercito paraguayo convocaba a todos los hombres en edad de prestar armas, y esa era la forma de producir alimentos.

Cuando concluyó la guerra, Roberto, que había establecido buenas relaciones, se acogió a la Paz y a la ciudadanía paraguaya. Luego de su primera viudez, se casó nuevamente y procreó 9 hijos, muriendo en marzo del año 1994.

Julio me cuenta que su padre le comentó que su familia era de Potosí, de una comunidad llamada San Pedro, y a pesar de algunos esfuerzos, no han logrado establecer relación con la parte de la familia boliviana, de la que el padre, siempre, describía con afectos entrañables, trasladados a sus hijos. Hoy, Julio se desempeña como Consultor en un proyecto de descentralización de salud; me ofrecí hacerle este puente de afecto, frente a la ternura con la que me contó sus sentires. Su correo electrónico es: jfernandez[arroba]cird.org.py. En Asunción, hay un paraguayo que tiene un pedazo de su corazón en Bolivia.