Ha llegado el momento de aceptar la realidad. Sobre 339 gobiernos locales, tenemos 256 con población menor de 20.000 habitantes. En ninguno de ellos hay un hospital de 2do nivel, oficinas del SEGIP, de Registro Civil… Bajo esas condiciones, los habitantes de esos territorios están sometidos a presión migratoria. El Estado boliviano debe reaccionar de manera orgánica y como parte de una política pública, priorizar a las Ciudades Intermedias.
El mapa es contundente. Los territorios en morado, están expulsando población.
La sociedad del Estado plurinacional originario indígena campesino y políticamente victorioso, debe abrir un debate que reconcilie los discursos, lo que estamos viviendo y lo que está ocurriendo en el territorio.
Esta reflexión es apropósito:
a) del intento fallido de imponer una Ley de control económico y de atropello de la libertad que desconoce la realidad, y
b) de los entusiasmos verbales de Álvaro García Linera.