Sólo el 42% de la capacidad productiva de Bolivia, es formal. Y de ese porcentaje, el 82% está compuesto por emprendimientos unipersonales. El peso de la presión fiscal, los que pagan regularmente sus impuestos, está en el 18% restante. Unida a esa realidad, está el peso del Cambio Climático que está generando pérdidas en la capacidad productiva por razones explicables al clima, y a la presión migratoria sobre las áreas rurales que abandonan el campo y dejan de producir.
El año 2015, Bolivia importó, legalmente, 1.100 millones de dólares en productos de consumo básico ligados a la seguridad alimentaria, papas, cebollas, tomates, frutas, jugos de fruta, conservas… Este año, por la sequía, este monto seguramente aumentará. Este es el momento de un acuerdo productivo real y sincero. La capacidad productiva debe tener las condiciones para desarrollar sus capacidades, proveer alimentos y ofrecerlos al mundo. Este es el momento.
Carlos Hugo