La Santa Cruz Boliviana

Que hermosa forma de hacerle el amor a esta hermosa tierra.. con arte, con poesía!!! Gracias por expresar en palabras tan hermosas, lo que muchos de nosotros sentimos, y aunque no sea nacido en estas tierras, siento cada una de tus palabras mías también. Un abrazo!!

¡Qué bonito! Recuperas el poder de la palabra en lindo y en noble. Hacía falta.
Las ironías, cuando están acompañadas de nobleza, son bellísimas, como en este caso. Y cuando no también son exquisitas, para qué negarlo.
Me emocionó la alusión al mocochinchi, sin que esta vez tenga relación alguna con el estigma de algún dizque petiso y antipático, sólo con el maravilloso sabor del recuerdo.
Así miro yo la vida también, sin ser de tus pagos, en la emoción de esa maravillosa identidad que fluye, se nutre, recompone y sigue la marcha, por suerte nunca de manera lineal. Esa ventaja más nos da la vida. Quién podría decir, a estas alturas de la estepa, soy esto o lo otro de manera tajante y sin matices. Tú lo expresas muy bien.
Como observadora neta que soy, me hubiese deleitado el miroteo de las reacciones de tu auditorio. Apuesto a que a partir de éstas, se podría volver a reescribir no solamente este texto, sino también la historia.
Esta vez «te has propasado», por suerte para bien. ¡Felicidades Carlos Hugo! Mucho Tanta y cero Auka para tí también. ¡Un abrazo!

A mí me pareció que Carlos Hugo tuvo que recurrir a la poesía porque la vida misma, la realidad concreta, no avalaba su proyecto, ni su pensamiento, menos sus palabras.
El autor no tuvo otra alternativa que recuperar el poder de la palabra para disimular las diferencias, las injusticias y la inequidad vigentes en la tan mentada Santa Cruz boliviana.
Una inequidad que en esta Santa Cruz tan pujante y productiva, lo digo con absoluta y total ironía, reconociendo también mi adicción a las mismas, se olvida de mencionar que la fuerza de los collas y de lo que sigue de ellos es quien tiene en sus espaldas mucho de este crédito, a raíz de su trabajo pesado y silencioso. Carlos Hugo recurre a los idiomas, o a las expresiones idiomática como podría corregirme alguien, apela a la diversidad,propone paz y diálogo mientras los unos y los otros hacen cuentas, agradecen su complicidad ingenua, odian con la mirada y aplauden frenéticamente el paso de un hombre de la talla de Carlos Hugo que siempre fue usado porque nunca supo entender que la política es sinónimo de inmundicia y que su capacidad no puede ser desperdiciada, dando de beber agua a los sapos.
Esperaba un discurso combativo, directo, honesto y no palabras que sólo sirven para que cuatro pelotudos aplaudan y disfrutan.
Si hablamos de ironías Alba Luz, qué mayor que la que le cuelgas tú, probablemente sin querer, con un tema que habla de identidad pero desde una mirada colla y mestiza. Nunca desde la cruceñidad que se jacta de sus ferias y sus resultados, y se incomoda cuando se pretende interpretar la vida no únicamente de manera lineal.
Si eres tan observadora habrás podido notar que esa misma noche y como cometa o estrella de cine, aparece Roberto Barbery en PAT con la nueva imagen, autor de Un extranjero en el mundo, reconociendo públicamente que es cruceño, ojalá boliviano, sin desmerecer los afectos que recibe en todo el país, sobre todo en La Paz. De un puñete tira por la borda todo el reconocimiento que diferentes círculos políticos e intelectuales paceños siempre le han brindado valorando su capacidad. No salió vivando la belleza de la mujer cruceña porque sabe que ni a él le basta aquello pero continúa haciendo el juego a la estupidez humana, al machismo y a un canal que presenta las nuevas caras del canal, despreciando a las mujeres.
Habrás podido observar que mientras Priscilla Landa era presentada, a pie de imagen decían «La nueva cara del Canal», mientras Carla Revollo difícilmente podía disimular su pesar. Ellos optan por un rostro nuevo, con manos que se mueven por toda la pantalla, grandes como de travesti, y que con acento medio gringo anuncia que «ya no hablarán más de problemas». Prefieren una nueva cara, tonta y útil para sus fines porque el análisis, la filosofía y la coyuntura estarán a cargo de Barbery y de Valverde. Las mujeres, ascienden con reportajes estilo CNN que, como el discurso de Carlos Hugo, nos meten paja y nos hacen creer que la vida discurre sin problemas. ¿Coincides con mi obsrvación?
Habrase visto tamaña farsa carajo, que ahora del miedo a ser diferente, a que lo vuelvan a mirar de menos, dos grandes como Molina y Barbery, se agachen para que nadie los tilde de traidores.
Para concluir, no soy pariente de Carla Revollo ni tampoco tengo la desfachatez de aprovechar este espacio para invitar una copa a ninguna mujer porque valoro y admiro la presencia femenina sin necesidad de hacerme el macho.
Carla, Priscilla no va a durar mucho aunque invierten en ello todos los millones del camello porque tú la superas de lejos…
Alba Luz, yo que tú dejo de dar agua a los sapos, miel al asno, y escribo en otros contextos porque escribes muy lindo.

Grandes palabras!
Felicidades. Es todo un orgullo poder decirle compañero.
Saludos desde LPZ.

Carlos Hugo.

Celebro tu sentimiento de pertenencia y orgullo por tu tierra. En realidad la ciudad (cualquiera ciudad, la mia, la tuya, son como una ventana al mundo). La ciudad es a la vez, los mas intimo y universal que tenemos. La ciudad, a diferecnia del pueblo grande, es la extención de nuestro patio y nuestra ventana al mundo.

celebro de veras tu amor por tu tierra y encuentro el mismo entuciasmo y emosión que siento por la mia (Oruro). La ciudad es un espacio de hombres y mujeres libre que quieren contruir un futuro compartido, que esperan superar su problemas en el encuentro con otros, distintos, diferentes que sueñan los mismo. Un futuro mejor.

Felicidades a Santa Cruz por intermedio tuyo. Es una felicidad que tenga – tambien – esta clase de hijos.

«Esperaba un discurso combativo, directo, honesto y no palabras que sólo sirven para que cuatro pelotudos aplaudan y disfrutan.», dice el Oráculo.
Yo contesto: Si es por pelotudos, le garantizo que somos mucho más que cuatro los que aplaudimos y disfrutamos las palabras de Carlos Hugo. Y, si sabemos leer, descubriremos que sí fue combativo, directo y honesto. Y, además, bello.
¿Qué más esperaban algunos? ¿Que responda a las canalladas de algunos presentes (y ausentes)? Señor, la gente decente y bien agradecida está más allá de eso. Su ciudad lo homenajeaba y creo que él estaba ahí por eso y para eso. Lo demás ya se ha dicho donde y cuando debía decirse.
¿Por qué recurrir a la poesía? Supongo que por que el artista no puede evitarlo. Y Carlos Hugo es un artista.
Ahora, que acaba de morir un genial artista, Marcel Marceau, recordemos que él emocionaba hasta los huesos sin decir una sola palabra.
«No hacen falta alas para alzar el vuelo», canta Silvio Rodríguez.

TENIS EN SILLA DE RUEDAS.

PASA

INFORMATE.

SALUDOS!!!

Toques de amor por la tierra…
Rescatar el orgullo paisano…
Enamorarse de sus raices…
Identificar a los traidores de este orgullo…
Botar milenarios cachivaches…

Eso son algunos ingredientes de la Felicidad Patriotica!!

Lindas palabras tocayo Molina.

Magda Rietschel e Inés S, figuras del nazismo màs refinado y silencioso a cuenta del arte y de la poesía. Heil Hither/()/&%

Por lo visto el discurso tenía sus dardos camuflados de flores, eh? jejeje

En todo caso, creo que no valía la pena echar más leña al fuego y más bien la postura de apertura al diálogo fue la correcta.

Saludos

Estimado Carlos Hugo:
Ayer, en la tertulia de domingo, uno de mis nietos tuvo la brillante idea de recordar sus años de niñez en Santa Cruz, recordando con exquisita precisión lugares y acontecimientos. Culminamos tan inefable reunión con la lectura del discurso que diste cuando fuiste declarado Ciudadano Ilustre de tan noble ciudad, extractado en su totalidad de un blog amigo.
Con estos méritos fácil es sonreir frente a la infamia previa que los representantes de un gobierno, y lo digo con sumo dolor, dictatorial, pretendieron cubrirte.
En este país no es difícil sucumbir a la tentación de la calumnia movidos por una envidia milenaria que últimamente se le añade un componente que es el motivo de mi comunicación: el anonimato.
Varias páginas y foros libres han empezado a perder a sus usuarios debido a que tuvieron como requisito la identificación de toda persona que acceda a sus servicios.
Es notorio también el nivel de violencia que acompaña a los mensajes depositados en diferentes lugares a los que se puede acceder gracias a la tecnología.
Como ejemplo, quiero graficarte ojalá en su verdadera magnitud la molestia que nos ocasionó la siguiente anécdota. Uno de mis hijos es ingeniero informático y ayuda a sus hermanos y resto de la familia a iniciarse en este tema del blog y demás al que, en razón de verdad, yo ya no accedo por diferentes razones y motivos que explicaré más adelante.
Con la ayuda del hermano ducho y experto, el sociólogo inició su intervención y participación en el fascinante mundo de la tecnología pero, sin que medie razón alguna, empezaron a atiborrar su página de insultos y amenazas de grueso calibre. Sorprendidos y asustados, estuvimos tolerando esta difícil situación con la preocupación diaria de imaginar que nuestro hijo estaba exponiendo incluso su vida por razones que no podíamos precisar. Nos reunimos una y otra vez, yo mismo tuve que hablar a solas con él para preguntarle como hombre (con las disculpas de las damas participantes de este foro)si se trataba de alguna descalificación moral. Se negó una y otra vez, llegando a jurar inocencia. Después de dos meses de infierno, el hijo informático gracias a su pericia y a sus contactos pudo determinar que los mensajes provenían del esposo de mi hija menor, hoy viviendo en España, que decidió someternos a tamaña preocupación por dilemas personales y problemas de pareja en los que nosotros nunca tuvimos nada que ver.
Otro caso, hace poco un sobrino mío que escribe en un prestigioso periódico de circulación nacional fue objeto también de acusaciones y calumnias públicamente. Consultado el periódico, el mismo advirtió que: «no podemos hacer nada porque son normas establecidas en razón de que respetamos el derecho a la libre expresión».
Es en ese panorama que nos movemos mi estimado Carlos Hugo, con unas reglas de juego que obligan a agachar cabeza incluso a personas como yo que no se atreven a escribir, como en este caso, con su verdadero nombre y apellido, toda vez que tengo un hijo dedicado a la política. Imaginate Carlos Hugo querido, los insultos que recibiría por tener un hijo que ha dedicado sus pasiones con la misma fuerza y nobleza que tú. Sus éxitos y sus fracasos no son responsabilidad ni mérito mío, aunque es cierto que son motivo de orgullo muy grande.
Mucho me gustaría que desde esta página se pueda iniciar, o al menos debatir, una campaña que permita de alguna manera protegernos de quienes hacen mal uso de la teconología. Sin que esto signifique, en modo alguno, la pretensión de disminuir o restringir los derechos fundamentales de las personas.
Los años no pasan en vano porque a medida que maduramos adquirimos serenidad para enfrentar las viscisitudes que nos aquejan y que nos obligan a tomar medidas. Motivo por el cual me he permitido dirigirme a tí, con la confianza que tengo en tu persona, por la excelente opinión que tiene mi familia de tu persona.
Cabe aclarar que mi resistencia para ingresar en este mundo tiene que ver también con el hecho de que los tiempos han cambiado casi con violencia para quienes disfrutamos de Marcel Marceau y a quien añoraremos hasta el día de nuestra partida final hacia el Padre.
Para terminar quiero comentarte que con paciencia y buen humor he leído todos los comentarios de esta tu página y he disfrutado mucho de esta nueva presencia femenina en un mundo globalizado. Mis hijas y mis nietas son también parte de un nuevo mundo azul ya iniciado y que me ha permitido aceptarlo sin llegar a la lipotimia toda vez que tengo una nieta que forma parte del grupo «Católicas por el Derecho a Decidir» a quien amo y respeto profundamente a pesar de haber sido católico recalcitrante. Es por esta razón que aprecié de sobremanera la precisión de Doña Inés, su sagacidad para citar artistas junto con una contundencia y síntesis, digna de una persona inteligente y de armas llevar, de hacer temblar de gusto a su séquito de admiradores. Igual de apreciado el comentario de Doña Alba, que me ha permitido reir a a carcajadas por una «prosperidad» que mueve a la reflexión, y que después de tamaños atrevimientos, termina siendo manchaskiri a convenciencia.
Ah Víctor Hugo, qué gracioso y cuánta versatilidad. Como expresa mi nieta, hoy en día las mujeres no estamos empezando únicamente en la cocina. También nos preocupamos por temas que a lo mejor no son incumbencia nuestra pero que nos permiten continuar soñando.
Volviendo al tema que propicia esta nota, deposito en tu persona este tema tan espinoso esperando que tengas a bien darle el curso correspondiente.
Aprovecho esta oportunidad, mi estimado y respetado Carlos Hugo, para expresarte una vez más admiración y respeto desde la ínclita ciudad de La Paz.
Recibe pues mis consideraciones más distinguidas junto con un abrazo fraterno en un aniversario más de nuestra querida y añorada Santa Cruz.