Por responsabilidad, enfrentemos directa y abiertamente las preguntas rotundas, incomodas e impostergables que se están repitiendo aquí y allá, a veces con el pensamiento, en voz baja, en memes o a gritos por la calle. Que la construcción de una Bolivia inclusiva, distinta y mejor a esta que nos tiene enamorados, nos emputa y a la vez nos incomoda, sea quien interpele nuestro valor civil y nuestra convicción democrática para responderlas.
Después de superar esta absurda crisis por el Censo, porque tenemos que superarla, vendrán días que nos demandarán discernimiento para desentrañar el futuro, colectivamente y sin pretextos. En esa lógica de construir una nueva narrativa:
- ¿Qué papel deben tener Andrés Ibáñez, la guerra federal, el Memorándum de 1904, la Guerra del Chaco, la Revolución de 1952, el retorno a la democracia el 10 de octubre de 1982, el proceso de cambio iniciado en enero del 2006 y la vigencia de la Constitución del año 2009? Más allá de las molestias e incomodidades,
- ¿Cómo aportaremos con inteligencia para comprender y explicar los ciclos de Potosí, Charcas y La Paz?
- ¿Cómo se combinan esos ciclos con el reconocimiento de la gente, la población, los pueblos, las nacionalidades, la raza y la cultura?
- ¿Cuál fue la base económica de sustentación/explotación/extracción que identificó en nuestra Historia, la combinación del territorio y la gente?
- ¿Es la democracia un valor reconocido, aceptado y además respetado por todos los actores, como condición de vida en el orden comunitario, social y Estatal?
- En este momento, ¿son consistentes y ciertas las dinámicas de integración, competitividad, oportunidades y desarrollo nacional que se están produciendo en Santa Cruz?
- El liderazgo, las élites y la comunidad social, diversa y multicultural que vive en el departamento de Santa Cruz, luego de compartir una capacidad evidente de trabajo y producción, ¿es conscientes de las tareas y las consecuencias que acarrea la construcción de un proyecto de Estado sostenible, distinto al extractivo, depredador, centralista y ensimismado, que tanto nos incomoda?
- ¿Es posible lograr la transformación del Estado sin la violencia que marcaron los anteriores ciclos?
Siendo que esto no es un designio ni un mandato divino, - Los liderazgos nacionales y regionales, ¿comprenden la necesidad de enfrentar el futuro, como urgencia, responsabilidad y oportunidad?
- Sabiendo que quien encabezó los ciclos anteriores excluyó a los otros generando insatisfacción e incomodidad, ¿qué debemos hacer para buscar respuestas a los problemas y reacciones previsibles, y que superen los problemas raciales, culturales, sociales, políticos y económicos heredados?
- ¿Es posible que se presenten situaciones de violencia racial, enfrentamiento regional, lucha de clases, guerra civil, separatismo, golpe de estado?
- Y por otro lado, si no estamos de acuerdo con la solución por el desastre, ¿cómo podrían construirse escenarios de diálogo y cual la Agenda y los pasos posibles para lograr consensos, reconciliación y pacificación nacional, antes que aparezca un orate de cualquier lado, y haga reventar todo?
- ¿Estás de acuerdo con estas preguntas? ¿Incorporarías otra(s)?
Reconozcamos, al estar viviendo precisamente en paros, bloqueos geográficos y mentales, cercos y desencuentros, que este es un momento en el que debemos invertir en inteligencia para lograr respeto e inclusión, caminando con firmeza, paciencia y decoro.
Tenés la palabra.
Este es el momento de los poetas, los músicos y los creadores culturales en todas sus manifestaciones, son la última línea de resistencia que tiene el sentido común y la racionalidad. (La frase original es del poeta brasileño Gilberto de Palma, dice que «las sociedades tienen en sus poetas la última línea de fortaleza espiritual, y ellos aparecen en el momento oportuno.»)