«No me guío por la culpa y sabes que no creo en el pecado; ambos han servido hasta ahora para evitar que la libertad interpele a los sátrapas y a los monarcas. Si la culpa y el pecado hubieran seguido reinando, no habríamos podido hacer esta revolución insurgente ni la libertad se hubiera librado de su encierro. Si eso ha sido así en la vida de la gente, tiene que serlo también en la vida de los pueblos, y la gente y los pueblos, deben ser capaces de aceptar que los cambios ya son permanentes.»
Fragmento de una carta de Simón Bolívar a Manuela Sáenz, a publicarse en la 3ra edición del libro «Manuela, mi amable loca…»
Por la copia, CHMS