Centuria XIII. «No será fácil que nazca el hijo deseado a pesar del himeneo generoso con la carne y el cambio permanente de nodriza. La dama será obligada al silencio para que su voz no ofrezca sombra. Ella cambiará el sonido por venganza cultivada en la torre del suplicio. La espada no cegará su existencia pero el destino será premiado con destierro. Y podrá prescindirse del silencio pues el heraldo habrá dado el pregón en plaza pública y la palabra ofuscada se habrá consolidado en las consciencias. El monarca dudará sobre quien heredará el reinado y la corona”.
Nostradamus VI
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