En Quito, hay un Museo que recoje su obra. Él, dejó esa frase que testimonia su capacidad humana.
Un recuerdo al gigante.
Carlos Hugo.
En Quito, hay un Museo que recoje su obra. Él, dejó esa frase que testimonia su capacidad humana.
Un recuerdo al gigante.
Carlos Hugo.
3 comentarios
una opinión diferente, que espero leas siguiendo sus vínculos.
Si criticas al MAS, debes saber quién fue el ecuatoriano que llamas gigante:
http://cuvebo.blogspot.com/2008/03/gigante-o.html
Y si sos permeable a críticas, pues leeré el resto de tus entradas a partir de estas antiguas para adelante y te haré saber de mis disidencias.
ah! Y alguna vez leí en uno de tus libros el término in fraganti. Espero que ya sepas escribirlo de modo correcto.
Saludos
carlos enrique
Saludos Manechi Afónico. He paseado por tu blog. He visto todo lo que me has sugerido. Junto a tu blog, y a tu respetable comentario, hay 612.000 entradas con el nombre de Guayasamin. http://www.google.com.bo/search?q=guayasamin&ie=utf-8&oe=utf-8&aq=t&rls=org.mozilla:es-ES:official&client=firefox-a
La constatación es simple: el mundo está partido en dos. Y los dos, tienen sus razones. Leo, con mucho gusto a García Marquez y a Mario Vargas Llosa. Y lamento que Hitler gustara de la Cabalgata de Las Walquirias de Wagner, y… mi lista es larga.
Y de las 298.000 entradas de la palabra «in fraganti», ¿con cuál te quedás? http://www.google.com.bo/search?hl=es&client=firefox-a&rls=org.mozilla%3Aes-ES%3Aofficial&hs=4lU&q=%22in+fraganti%22&btnG=Buscar&meta=
Te agradezco tu comentario, volver a junio del 2007, no es de todos los días. Y ya veo que tendrás material para entretenerte si persistís en tu afán. Yo también me entretuve escribiendo todo lo que hay aquí. Espero haberlo trasmitido.
Y te confieso que cuando leo algo como lo que has escrito, me doy cuenta de la solemnidad y aburrimiento que se incurre cuando se comentan cosas como las que he estado embarcado. Volveré a los espacios lúdicos. Me lo prometo.
Un diálogo interno y reflexivo con Manechi Afónico, que abunda en matices sobre la personalidad de Guayasamín, me plantea el reconocer, y aceptar, que la valoración que realicé es de su obra estética; que sus comportamientos personales y adhesiones políticas tiene enfoques y acciones que dañan sensibilidades humanas e ideológicas, que me merecen todo respeto.
Somos parte de los resabios de una guerra fría que no concluye, y que adquieren matices que se remozan con nuevos escenarios en Venezuela, Bolivia y Ecuador.
No valen explicaciones. Respeto y acepto el nivel de la reflexión.