Para tomar café se necesita que deseés combinar perfume, sabor y sabiduría, tengás café en granos o molido en tu casa, o visitar una cafetería… todas las ciudades que se precian de cultivar el diálogo, la reflexión y los encuentros que movieron las ideas, la creación, las artes y la historia, las tienen…
Desde el Café Florian en Viena, fundado el 29 de diciembre de 1720 por Floriano Francesconi y que es considerado el más antiguo del mundo, le siguen en diversidad, lugares y realidades, el Café Central de Viena, Les Deux Magots en París, Pushkin en Moscú, Gijón en Madrid, Caffè Greco en Roma… Y en nuestro continente, Tortoni en Buenos Aires, Brasilero en Montevideo, Puerta Falsa en Bogotá, El Gran Vicio en San José de Costa Rica, De Acá en Asunción, de Tacuba en México, Colombo en Río de Janeiro. “En 1760 llegaron las primeras plantas de café a Lima y en 1771 se abrió el primer “cafée” de la calle Santo Domingo”, dicen las crónicas virreinales.
La suma de los habitúes que asistían a cada uno de ellos, acompañaron la historia del mundo político y cultural de sus tiempos. Por curiosidad, poné el nombre de las cafeterías en el buscador google y asombrate recreando el pensamiento universal.
Ya entraremos en los que cumplieron similar tarea en Bolivia… corresponde además, si hemos empezado a valorar y a gustar el espacio que ocupa el café en nuestra vida cotidiana.
¿Qué grano boliviano tomaste hoy?
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