¡Yo soy de la Generación del 82! El 6 de agosto del 2023, dos años antes del Bicentenario, realicemos un inventario de nuestras fortalezas humanas.
«El ingeniero descalzo» es una obra biográfica sobre Alfonso Gumucio Reyes escrita por su hijo Alfonso Gumucio Dagrón, con un manejo de la imagen y de la narrativa que permiten de manera lozana, que la figura, la palabra y las obras que realizó, puedan ser evidenciadas. Tengo la sensación que Don Alfonso todavía tiene guardada en algún lugar, una de las fórmulas para entender la Bolivia que él ayudó a construir desde el territorio, y que el oficio legítimo y noble de Moro, es ayudar a desentrañarla.
Creo que la saga de Andrés Ibáñez, el Memorándum de 1904, la creación de mutuales y cooperativas, la Guerra del Chaco, el Plan Bohan, la Revolución Nacional, la Corporación Boliviana de Fomento y la rebeldía cívica por las regalías en la década del 50, ofrecen las claves de esta Bolivia del Bicentenario, tan tierna, de tantas rupturas y provocaciones.
Gracias a esos caminos vistos en perspectivas, la Marcha al Oriente de entonces, permite ahora que la Bolivia del siglo XXI no se ahogue en la desesperanza. La migración actual hacia las tierras bajas, tiene las mismas razones, y necesita estar acompañada de progreso, producción, competitividad para ganar los mercados del continente y de ultramar. Como lo proponía el Memorándum.
Aunque al Occidente de las tierras altas le cueste aceptarlo, y en el Oriente de las llanuras y la selva, tengamos todavía dificultad para comprender y asumir el reto a plenitud.
Hablar de Gumucio Reyes, de Omar Chávez Ortiz o Melchor Pinto, es recuperar lo que ellos manejaban con tanta destreza, la planificación; es la visión de complementariedad territorial e integración que nos reflexionan Fernando Calderón Gutiérrez y Gustavo Fernández Saavedra. Es la Bolivia de la Estrategia Nacional de Desarrollo que dirigió José Ortiz Mercado en 1969, junto a Flavio Machicao, Arturo Núñez del Prado, Cucho Saavedra, Roger Ortiz, todos, para ganarnos el futuro.
Es el trabajo de las generaciones que vinieron después, con el mismo oficio. Rolando Aguilera, Percy Fernández, Mario Foianini, Oscar Serrate, Fernando Prado, Roberto Jordán, Enrique García, Álvaro Flores, Mario Kisen Brieger, Carlos Dabdoub, José Luis Camacho, Chacho Justiniano, Ulrich Reye, Samuel Doria Medina, Mario Cossio, Franz Barrios, Sergio Antelo, José Luis Lupo, Roberto Barbery Anaya, y que se multiplicaron en los Comités de Obras Públicas, las Corporaciones Regionales de Desarrollo, los Comité Cívicos, la generación de la Participación Popular, la academia…
Me imagino lo que sería tomarnos un café, ahora, con todos ellos. Voy a convidarlos…