Entramos a la recta final. Los argumentos han dejado de escucharse por el barullo. Es, sin embargo, el momento del descontrol verbal. Juan Evo ha pedido disculpas por haber adelantado el triunfo del SI.
Aunque no servirá para el resultado final (salvo que se produzca algún hecho exhorbitante), lo que se diga esta semana, será significativamente ocurrente. Se terminará de ofrecer lo que faltaba.
Creo que la posición de Loyola Guzman por el NO, es lo más significativo y digno de reflexión. Y la definición de Carlos Mesa, en el mismo sentido. Los Ministros, están convencidos que ganará el SI.
Carlos Hugo.
4 comentarios
¿Cómo podrá implementarse este proyecto que tuvo y tiene tantas críticas de grandes sectores de la sociedad boliviana (no de unos cuantos ‘pandilleros’), si no llegara a aprobarse con más del 60%?. Porque con menor porcentaje de aprobación, podríamos decir que no sería una Constitución que represente a la mayoría. Y dados los antecedentes ocurridos en el país (militarizaciones, estado de sitio, detenciones sin procesos legales, violencia en las calles, censura a la prensa por medio de golpes y humillación, etc.), me temo que el futuro es muy incierto (y violento).
Y de ganar el No, supongo que debería darse un nuevo proceso constituyente, o concertar una reforma constitucional. Porque tampoco se puede pensar en dejar todo tal cual está.
Lo de Loyola es importante por los argumentos que expuso y con los que estoy de acuerdo, más allá de los artículos que pueda contener la CPE: «“Los bolivianos y bolivianas merecemos una Constitución producto de un verdadero pacto social… Por mi parte, seré coherente con mi posición de no votar por el proyecto de Oruro, ni por el proyecto reformulado en el Congreso Nacional”, señaló». (La Razón).
Pienso que deberíamos ya estar abocados a pensar en el día después, sea que se apruebe o rechace el proyecto.
Saludos cordiales,
Sin duda la posición de la Sr. Loyola es digna de reflexión, pues muchos compartimos y acompañamos las demandas que planteaba en la Asamblea Constituyente. Creo que las modificaciones al texto Constitucional en el Congreso son un retroceso sustancial al verdadero espíritu de un proceso de Cambio cierto y amplio, aunque el texto de Oruro ciertamente no es lo que muchos hubiéramos deseado. En otras palabras, si me dieran a elegir entre la de Oruro y la del Congreso, sin duda escogería la de Oruro, lamentablemente acabaron imponiéndonos el texto del Congreso.
Pero retrocedamos un poco más, si revisamos los fuentes del proceso de la Asamblea Constituyente y la posición de la Sra. Loyola, evidenciamos que, entre otras cosas, demandaba que el ser humano (y especialmente la mujer) debe tener el derecho humano a la autonomía sobre su propio cuerpo (nadie más que uno mismo puede decidir sobre su cuerpo), en otras palabras demandaba, entre otras cosas y en este contexto, no la legalización del aborto, sino la despenalización del mismo, que es muy distinto. La posición de la Sra. Loyola fue una posición digna como mujer y lucho contra el prejuicio de muchos de los asambleístas, del MAS y de las otras agrupaciones. Se impuso el machismo, los prejuicios religiosos y las taras de una sociedad que no ve más allá de sus prejuicios. En esta dirección el planteamiento de la Sra. Loyola iba mucho más allá del aborto, pues en ese contexto se posibilitaría, además, la unión libre entre parejas del mismo sexo en el marco de esa autonomía (recuerden que una vez garantizado ese derecho en una Constitución, y al ser todos los derechos integrales, podría dar lugar al matrimonio legal entre parejas del mismo sexo), y más aún, en el marco de esa autonomía, incluso posibilitaría despenalizar el uso de drogas, que es muy distinto a legalizar la droga (aunque las actuales leyes penalizan el uso de drogas, hacen una excepción curiosa con la más peligrosa de todas: El alcohol). Las implicaciones de la demanda de la Sr. Loyola levantaron mucho polvo en la Asamblea Constituyente, especialmente en los sectores más retrogradas y reaccionarios de las agrupaciones ciudadanas, partidos políticos y pueblos indígenas. El resultado fue que la principal demanda de la Sr. Loyola fue excluida de la Asamblea Constituyente lo que sin duda generó un conflicto muy serio dentro del MAS, pues la Sr. Loyola viene de una corriente política progresista muy importante, que ha esperado este proceso por mucho tiempo. Una corriente radical de izquierda progresista que por principio no puede renunciar a estas demandas. Admirable por la consecuencia con sus ideas, con sus principios y con sus reivindicaciones la Sr. Loyola nos muestra cuanto falta por andar en este camino. Su posición de ir por el NO, paradójicamente, es ahora tomada como bandera por los sectores contra los que ella misma se enfrentó en la misma Asamblea Constituyente. Curiosidades de la Política. Por mi parte creo que la exclusión de la demanda de la Sr. Loyola más que una derrota constituye un referente importante para el futuro. No era el tiempo de que este tipo de demandas, con las que muchos nos identificamos, especialmente respecto al aborto, sean puestas en una Nueva Constitución. Como ya lo dije antes, incluso el más convencido de votar por el SI a la Nueva Constitución, no está totalmente conforme con esta, pues aún faltan muchas luchas por librar contra los prejuicios más abigarrados de nuestra sociedad.
Un abrazo!
Suscribo, una a una, las palabras de Efraín.
Queda la reflexión y la admiración a la ex-asambleísta del MAS, que hace meses ya se había desmarcado de este proyecto de Constitución.
Saludos!!
De la CPE de Oruro no se debería ya ni hablar. Fue uno de los actos más vergonzosos de intolerancia e ilegalidad desde el retorno de la democracia. Se necesita un mayor consenso para aplicar una visión de Estado tan sesgada en un país tan diverso. Incluso al actual proyecto de CPE le falta mucho consenso para poder ser factible y aplicable.
Las posiciones contrarias a este proyecto, mayoritariamente provienen de las personas que se opondrían mucho más, y quizás no de forma tan pacífica y democrática como lo están haciendo ahora, al proyecto de CPE de Oruro y el Liceo Militar (o La Calancha).
Así no se construye un país para todos, como lo intentaron hacer, bajo una supuesta moralidad superadora y refundadora que no respeta los pactos mínimos de convivencia democrática y de tolerancia hacia el otro.
De todas maneras, es muy respetable la posición de la Sra. Guzmán.