El 19 de agosto del 2020, fui incorporado al Club Progreso de Riberalta como Socio Honorario, todavía en la pandemia y en un acto virtual.
El lunes 3 de julio honraré, en físico, el gusto de volver a una suerte de Casa que tengo por elección.
Mi historia personal es riquísima con ese territorio. Se remonta al tiempo que la familia se trasladó entera a trabajar, y dejó semillas y construyó narrativas. Mi abuelo Plácido fundó el Club Progreso, fue su primer presidente y dirigió desde el 6 de julio de 1916 al 24 de diciembre de 1917 el interdiario «El Comercio». Estoy llevando un facsímil para entregárselo a Luís Tomás Inchauste, su actual presidente, como un gesto de gratitud.
Y voy a presentar en una sesion de honor, la Segunda Edición de Un cafetal del tamaño de Bolivia. Confieso que esta investigación me está permitiendo recorrer Bolivia de nuevo levantando un inventario de afectos sin tiempos ni fronteras.
Gracias a Ives Pereyra, compañero de toda la vida que facilitó la organización. Y estarán conmigo Chichi Méndez que me regaló su afecto en vida. Y Oscar Paqui Bowles con quien habíamos planeado llevar el facsímil juntos a la tierra de su nacimiento.
¡Qué grato seguir sembrando futuro en un lugar tan extraordinario!