Tenemos 4 personajes que dibujan la vida con una potencialidad disruptiva, invalorable.
Oscar Barbery Suarez, El Duende y su Camarilla, que con su ironía combina a Quino y Borges; Belisario Suárez, Belicoso, con trazos que se cruzan sin dificultad entre el retrato y la caricatura, dándole una dinámica de realidad e imaginación festiva; Carlos Cirbián Barros, con retratos de historia, descriptiva, documentada y preciosista que recupera la gente con nombre y apellido y el territorio de los acontecimientos; y,
Abel Bellido Córdoba, Abecor, que con trazos infinitamente humanos, retrata Verdades lacerantes.
Entre los 4, no sé si se conocen, podrían ayudarnos a superar esta Bolivia que permite:
la solemnidad grotesca de declaraciones oficiales que someten nuestra libertad y nuestros derechos con una justicia infame, la venta de nuestro futuro a los chinos, al narcotráfico y a la corrupción;
la chabacanería desubicada que cuenta chistes en los velorios,
la violencia absurda e insensible que reparte feminicidios
y el machismo estúpido que pretende castigar a los hombres poniéndoles pollera.
Ellos, los 4, Barbery, Suárez, Cirbián y Bellido, pueden ayudarnos a unir el carretón de la otra vida
con la modernidad que irrumpe en ciudades, y con una ruralidad abandonada por indígenas originarios campesinos,
ellos pueden entrelazar las declaraciones de amor sin serenata, del ChatGPT,
con la soledad que recorre tristemente entusiasta entregando, sin piel, abrazos y besos en facebook, Instagram, WhatsApp o TipTop.
Hay que decirles que este es el momento para terminar de construir el pasado con una narrativa que permita, de verdad,
creernos que Bolivia es un grito de libertad,
que la gente que vive en los territorios quiere trabajar dignamente,
hacer realidad el taquirari Jenecherú de Charles Suarez: «América crece desde Santa Cruz…»,
repetir con Raúl Otero Reich, «¡somos un rio puesto de pie!»
y con Franz Tamayo, “No pidan a la juventud otra cosa que amor y alegría. Cualquier otra edad, no nos dará nada mejor.»
Amalaya… soñar no cuesta nada…
Tenemos 4 personajes que dibujan la vida con una potencialidad disruptiva, invalorable.
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