El Deber le ha dedicado a la Profesora Berta Suarez de Antelo una crónica realizada amorosamente por Silvana Vincenti, bajo el título: «Berta, la maestra que los alumnos no pueden olvidar, 32 años después.»
Comparto mi texto ampliado… es un testimonio de amor y gratitud a la Maestra que nos inculcó aquello que nos permite recordarla siempre…
Tía Bertita…
Quienes éramos niños en la década de los años 60 y estuvimos en la Escuela Fiscal Obispo Santiesteban, tendremos grabada en la profundidad de la ternura, la firmeza del director Ricardo Zuna, la suavidad de nuestras maestras Titi Antelo, Elva López de Aramayo, Clara Robles, Delmira Tomelic, Neysa Anglarill de Justiniano, la guía del profesor de gimnasia (así se llamaba) Guido Cabral, Don José y Doña Honoria en la venta del recreo, y la sonrisa y el cariño de la profesora de música, Berta Suárez de Antelo
Ella era mucho más que eso. Mientras todos los profesores nos compartían conocimientos que teníamos que aprender, a Ella le tocó descubrir lo que teníamos dentro… su instrumento eran las horas cívicas, los festivales de coros, el acordeón que ordenaba la melodía. Era un honor ser convocado y sentirse elegido por el don maravilloso de la música… Cuando recuerdo esto y me encuentro con ella, vuelvo a ser niño en la vetusta escuela fiscal, tocando armónica en el patio de ladrillos colorados. Y ese perfume que tenían después de la lluvia.
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