María Belén… hoy me has regalado la epifanía de un Nuevo Mundo, que lo vengo trajinando en el espacio de palabras escritas y ya siento las que vendrán pronunciando su nombre desde ahora… declaro que no conozco el misterio de estos caminos y que tendré que aprender a descubrirlo, juntos…
¿Podés contarle a Constanza que la espero…?