Víctor Hugo Limpias, tu publicación «Las ferrovías y la carretera que transformaron el oriente boliviano, 1938-1957» es fundamental para comprender lo que estamos viviendo ahora en Bolivia. La afirmación que fueron vías de comunicación y desarrollo y sirvieron para acercar pueblos y territorios al transportar bienes, mercancías, personas, ideas y progreso, adquiere calidad de evidencia en las 67 páginas de tu investigación. Dice la crónica histórica que el canciller Luis Fernando Guachala, después de una carrera diplomática en Chile y Paraguay, planteó en 1936 la narración de «Bolivia país de contactos» como política exterior, inspirándose en los pensadores del territorio de inicios del siglo XX.
Recordemos que esa integración había sido el reto planteado a Bolivia por los pensadores del Memorándum de 1904 reunidos en la Sociedad Geográfica e Histórica de Santa Cruz, y que, con las obras que describís, pudo empezar a hacerse realidad.
La geografía no es un designio, un mandato divino o una fatalidad, es una oportunidad si logramos interpretarla y utilizarla inteligentemente. Sin duda, es uno de nuestras asignaturas pendientes para el Bicentenario.
Víctor Hugo, gracias por recordarnos que el futuro se construye con ideas.
Convido su lectura. Editorial El País, 2009.